Iglesias de Jaén. Parroquia de "La Encarnación" de MANCHA REAL

La joven comunidad parroquial de La Encarnación de Mancha Real  ha cumplido en este año 2010, que toca a su fin, sus bodas de plata.
Fruto de la expansión poblacional y económica que vivió Mancha Real a partir de principios de la década de los años 60, de mano fundamentalmente de la iniciativa privada, fue la creación de la barriada de La Paz en 1964, denominación que toma por los 25 años transcurridos desde el fin de la contienda nacional. Se dejó un solar, esquina con C/ Antonio Machado y C/ Pablo Ruíz Picasso, para la construcción de una iglesia, que fue inaugurada en 1974,  siendo obispo de Jaén Don Miguel Peinado Peinado. Funcionó durante los primeros años como filial de la Parroquia de San Juan Evangelista, la única que existía hasta ese momento en la población. Fue su arquitecto Don Ramón Pajares Pardo. La nueva iglesia contaba con una sola nave trapezoidal, convergente hacia el presbiterio, y en la parte de los pies disponía de una capilla penitencial. El acceso se hacía a través de un pequeño atrio situado en la base mayor del trapecio. A su derecha, se situaba el baptisterio en el interior de una torre circular cuyos muros se prolongaban en coronación helicoidal formando en su extremo superior una especie de espadaña con hueco para albergar la campana. Posteriormente la pila bautismal fue llevada al presbiterio y en su lugar se instaló una singular capilla y gruta de la Virgen de Lourdes.
El 1 de Enero de 1985 adquirió la categoría de Parroquia, segregándose de la de San Juan Evangelista.

Antigua Parroquia de La Encarnación
(foto: José Antonio Espejo Lara)

Lateral de la antigua iglesia parroquial. En primer término, casa parroquial
(foto: José Antonio Espejo Lara)

Interior del antiguo templo parroquial
(foto: José Antonio Espejo Lara)

Pero este edificio, 21 años después de ser construido, comienza a presentar problemas técnicos, amenazando ruina y posible hundimiento. En Junio de 1996 tiene que ser demolido.
La comunidad parroquial al frente del párroco Don Andrés López Ángeles tuvo que enfrentarse a la difícil tarea de construir un nuevo templo. Las obras comenzaron en Febrero de 1998, sobre el mismo solar, y el nuevo templo es inaugurado por el obispo de la diócesis, don Santiago García Aracil, en 30 de Junio de 2000. Fue su arquitecto don Juan Francisco Almazán López.
Se trata de un moderno edificio, funcional, atractivo por sus atrevidas formas internas y externas.

Exterior del actual templo parroquial de La Encarnación
(foto: archivo propio)


Fachada Oeste de la Parroquia
(foto: archivo propio)

La entrada esquinada ofrece un gran vuelo que da la bienvenida a los feligreses, y sobre ella, la torre, trapezoidal, como la planta, es sencilla y con cubierta inclinada. El conjunto de la fachada intenta conseguir un efecto de proa de barco.

Puerta del templo
(foto: archivo propio)

En el interior, el espacio y el material juegan también con ese efecto de nao grandilocuente, la "barca de Pedro", pues el muro lateral izquierdo, con grandes focos de luz circulares, asemeja el casco de un gran buque. También el techo de la única nave es curvo, como una coraza, como las cuadernas de un barco. La madera es omnipresente en el interior. También el Cristo Crucificado, no policromado, que pende sutilmente del techo en el presbiterio, junto al altar, y que supone una sorpresa para el feligrés, pues esa imagen de Cristo se enfatiza con su propia sombra sobre el muro curvo del espacio más sagrado por excelencia.

Interior de La Encarnación
(foto: archivo propio)


Presbiterio con el Cristo Crucificado suspendido del techo
(foto: archivo propio)




Bibliografía:
 
- Espejo Lara, José Antonio. Artículos sobre la Parroquia de La Encarnación en la revista La Plaza. Mancha Real, Dicimbre 2009 - Agosto de 2010.




Iglesias de Jaén. Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol de BEGÍJAR

En este mes de Diciembre de 2010 se cumple el IV Centenario de la finalización de las obras de construcción de la Iglesia de Santiago Apóstol de Begíjar, una excelente excusa para sumergirnos en los aspectos históricos y artísticos de esta bella construcción de la comarca de La Loma.

 Exterior de la Iglesia parroquial de Santiago Apóstol. Fachada principal o del mediodía.
(foto: archivo propio)

UN POCO DE HISTORIA

Efectivamente, en 1610 un artista anónimo concluía los trabajos de decoración de las bóvedas del templo. Cuatro siglos de historia de una parroquia que, no obstante, tiene su antecedente en una pequeña capilla gótica del siglo XIII, sobre la cual se comenzaría a construir la actual iglesia en el siglo XVI. Precisamente fue ésta una centuria de expansión poblacional y resurgimiento arquitectónico para la localidad, villa obispal por cierto, pues ha estado muy vinculada a la diócesis de Jaén a la que perteneció durante algún tiempo, conservándose un palacio episcopal que fue residencia de diferentes obispos, aunque esto será motivo de otro artículo.



LA IGLESIA DE SANTIAGO APÓSTOL

El templo consta de una sola nave de planta rectangular, con capillas laterales adosadas a ella. Se cubre con  seis tramos de bóveda separados por arcos fajones de medio punto rebajados en la zona de la clave. Están labradas con rica decoración de yeserías. La capilla mayor se cubre con bóveda de cañón acasetonada. El retablo es una obra contemporánea que presenta en su hornacina central la talla de un Santiago matamoros, titular del templo. Sustituye a uno antiguo, de finales del XVI, que tenía pinturas de Santiago apóstol, la Adoración de los Reyes y la Natividad.

Nave de la Iglesia
(foto: archivo propio)

Capilla Mayor con bóveda acasetonada y retablo contemporáneo
(foto: archivo propio)
 
En su interior hay también un camarín barroco del siglo XVIII donde se venera la imagen del patrón de la localidad, Santísimo Cristo de la Vera Cruz, disponiendo de una gran ventanal con arco de medio punto que se abre a la capilla. La bóveda que cubre el Camarín es ochavada, sobre columnas salomónicas, con profusa decoración vegetal.

Camarín barroco del Cristo de la Vera Cruz
(foto: archivo propio)

Toda la construcción se realizó con piedra de sillería. Y, para ello, una parte se trasladó de la antigua fortaleza musulmana y otra parte de una cantera del paraje denominado El Algarrobo, término municipal de este municipio. Exteriormente destaca la torre campanario, de sección cuadrada y cuatro cuerpos,  y una sencilla portada con arco de medio punto en el lado del Evangelio. 

Torre campanario
(foto: archivo propio)

Pero la  joya del edificio es una portada plateresca de finales del XVI, ubicada en el lado de la Epístola. Consta de dos cuerpos y una abundante decoración de grutescos y candelieri, medallones de San Pedro y San Pablo en las enjutas del arco, escudos episcopales y se remata por un relieve de Santiago matamoros sobre el cual aparece, en el tímpano del frontón triangular, la figura de Dios Padre.

 Portada plateresca de la Iglesia (fachada meridional)
(foto: archivo propio)




Bibliografía:

- VVAA. Jaén, pueblos y ciudades. Jaén, 1997.



Castillos y Atalayas de Jaén. El Torreón de CAZALILLA

Cazalilla es un pequeño municipio de la campiña jiennense a medio camino entre Mengíbar y Villanueva de la Reina. Su castillo, de importancia estratégica al Sur del Guadalquivir, pertenecía al alfoz de Jaén.

Torreón de Cazalilla junto a la Parroquia
(foto: archivo propio)

En un manuscrito del siglo XVII, el cronista Ximena Jurado dibuja la torre de Cazalilla. Se trataba de una torre de planta circular con remate almenado. En la parte superior parece que tenía una inscripción, posiblemente árabe. La cabecera de la iglesia presenta un cerramiento que podría corresponder a los restos de esta torre. Se trata de un sólido muro semicircular de mampostería.
Durante la dominación árabe, Cazalilla perteneció a la Cora de Jaén. Fue cabeza de distrito y recibía el nombre de Qastalla. Es en esta época cuando el castillo adquiere verdadera importancia militar. Parece ser que en el mismo nació el poeta árabe Abendarrach Al-Qastallí (año 958), descendiente de una familia noble beréber.
En tiempos de la conquista castellana, aparece el nombre de Caztaliella en la delimitación de términos entre Jaén y Martos, término que se ha identificado con la actual Cazalilla. En el Sínodo de 1311 aparece como una de las parroquias del arciprestazgo de Jaén. 
En la segunda mitad del siglo XV, durante la guerra entre la nobleza y el rey Enrique IV, Cazalilla es nombrada en diversas ocasiones en relación a su castillo. Uno de los hechos más significativos fue el acaecido el 23 de diciembre de 1471, en el que Fernando de Acuña, hijo del conde de Buendía, sobrino del arzobispo de Toledo, fue prendido por el alcalde del castillo Diego de Frías, y se lo entregó al condestable Miguel Lucas de Iranzo, que lo negoció como rehén para recuperar el castillo de Montizón.
En el siglo XVII, siendo Obispo don Baltasar Moscoso Sandoval y Rojas, se construyó la esbelta torre parroquial, en cuya fachada principal se encuentra su escudo episcopal y su fecha de construcción, 1622. Se utilizaron para la torre piedras y materiales del antiguo castillo. Esto, no obstante, es sólo una hipótesis basada en el hecho de que se reaprovechó parte del antiguo torreón militar como sacristía y dependencia parroquial (a modo de ábside). 

Parte trasera del torreón de Cazalilla
(foto: archivo propio)

Bibliografía:


-Eslava Galán, Juan. Castillos y Atalayas del Reino de Jaén. Murcia, 1999.


Iglesias de Jaén. Iglesia de la Inmaculada Concepción de GÉNAVE


Vista del exterior del templo de la Inmaculada de Génave
(foto: archivo propio)

Hoy la Iglesia Católica celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, cuyo dogma de fe fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de Diciembre de 1854, según el cual, la Virgen María, madre de Nuestro Señor, no fue alcanzada por el pecado original y desde el primer momento de su concepción estuvo libre de todo pecado. 
Hay algunas parroquias en la diócesis de Jaén bajo el patronazgo de la Inmaculada. Una de ellas se encuentra en un pequeño pueblo de la comarca de la Sierra de Segura: Génave.

UN POCO DE HISTORIA
Aunque originariamente el templo se encontraba bajo el patronazgo de la Asunción, en algún momento que ignoramos pasa a denominarse de la Concepción de María. Quizás en ello tenga algo que ver el hecho de que la Orden de Santiago -a la que pertenecía la población-, así como las demás órdenes militares españolas, fuera decidida defensora del dogma ya desde épocas tempranas.
La iglesia, iniciada tal vez en el siglo XIII, tiene una estructura que data del siglo XVI. Como otras de la zona (Benatae, Santiago de la Espada), se construye en estilo gótico, con claras influencias murcianas o levantinas, como son los arcos diafragmas que sostienen armaduras de par y nudillo.

Interior de la Iglesia
(foto: archivo propio)

LA IGLESIA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

Templo de una única nave, estructurada en cinco tramos, presenta capillas en nicho cubiertas por medio cañón, tipo de bóveda que también cubre el presbiterio, al que se accede tras un gran arco toral.
El templo posee una airosa torre-campanario y dos portadas, una a los pies y la otra en el lado del Evangelio. Ambas se articulan ya en un lenguaje clásico. La primera, sencilla, presenta un gran y singular dovelaje acasetonado, con puntas de diamante decorando el interior. En la dovela superior, o clave del arco aparece labrada una cruz de Santiago. 

Portada de los pies
(foto: archivo propio)

La portada del lado del Evangelio se encuentra bajo un porche de muy posterior construcción (siglo XX), significativo en cuanto supone la inserción de un elemento de arquitectura popular. La portada, renacentista, consta de arco de medio punto decorado con motivos vegetales y flanqueado por columnas que sostienen un entablamento en el que destaca un friso con cenefa. Se remata con frontón triangular, en cuyo tímpano se abre una pequeña hornacina vacía, y jarrones en las esquinas. Nuevamente aparece el símbolo santiaguista, en esta ocasión en un tondo en la enjuta derecha del arco. Aunque algo deteriorado, se aprecia perfectamente la parte inferior de una cruz de Santiago y dos veneras, con restos de pintura en rojo, color identificativo de la Orden.

Portada del lado del Evangelio
(foto: archivo propio)


Bibliografía:

- VVAA. Jaén, Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997.


 

Castillos y Atalayas de Jaén. El Torreón de VILLARRODRIGO

Faltaba en este blog una sección dedicada a las edificaciones que posiblemente más abunden en este Santo Reino, tierra de frontera por siglos. Doscientas treinta y siete construcciones entre castillos, fortificaciones, atalayas y torreones, hacen de Jaén la provincia española con mayor número de estos edificios, y una de las zonas más densamente fortificadas del mundo, junto con Siria y Palestina.
Hoy nos trasladamos al municipio más alejado de Jaén, en el confín Nordeste, lindando ya con la provincia de Albacete: Villarrodrigo.
En el centro de la población, en un flanco de la plaza, se alzan los restos de un espléndido torreón, de planta cuadrada y algo más de 13 m. de lado. Está realizada en excelente mampostería de grandes sillares.


Vista general del torreón de Villarrodrigo
(foto: archivo propio)


A mediados del siglo XX, lamentablamente fue desmantelado su  cuerpo superior hasta reducir la torre hasta el nivel de las casas del entorno, que por cierto le han sido adosadas por dos de sus lados. Se conserva, pues, hoy en día, sólo el piso bajo, que presenta interiormente una gran bóveda de cañón apuntada. Por unas escaleras se accede a una terraza de la que, en la restauración acometida hace unos años, se suprimió una balaustrada añadida en el siglo XX. 


Entrada al torreón
(foto: archivo propio)


La entrada, en el centro del lado que da a la plaza, y algo elevada con respecto al nivel de la misma, presenta un arco de medio punto con dovelas bien talladas.
Se trata de una construcción cristiana del siglo XIV. Por entonces, Villarrodrigo pertenecía a la Orden de Santiago, aunque su nombre era Albaladejuelo de la Sierra. El cambio a su actual denominación  tuvo lugar en 1478. Parece claro que se trató de un homenaje al maestre Rodrigo Manrique (1434-1468), puesto que el cambio de nombre se produce después de la muerte del maestre, y bajo su hijo el comendador Pedro Manrique (que lo hiciera en memoria de su padre), aunque no hay que descartar el que fuera una iniciativa de la propia aldea para honrar a su señor, o una más de las recompensas concedidas por la reina Isabel, a quien Manrique había ayudado a conseguir el trono.


Interior del torreón
(foto: archivo propio)

Bibliografía:
- Eslava Galán, Juan. Castillos y Atalayas del Reino de Jaén. Murcia, 1999.  





CHICLANA DE SEGURA es de cine

Arquitectura civil en Jaén. Cárcel y Cabildo de MARTOS

El ayuntamiento de Martos se sitúa en la Plaza de la Constitución, más concretamente, en el edificio que antiguamente fue la Cárcel y el Cabildo, obra monumental que recoge los aspectos más destacados y novedosos de la arquitectura manierista andaluza.
 Vista de la fachada principal
(foto: archivo propio)

Iniciado por Francisco del Castillo en 1577, es el mejor exponente del ambicioso plan de embellecimiento de la ciudad realizado bajo el mandato de don Pedro Aboz y Enríquez, gobernador de la Orden de Calatrava. Con ello pretendía crear una capital digna de la encomienda, y acorde a su legado romano (recordemos que Martos fue la Tucci romana, una colonia de cierta importancia).
El inmueble, de planta cuadrangular, se organiza en torno a un patio central. Su fachada principal vertebra el espacio de la Plaza de Santa María y lo convierte definitivamente en el centro emblemático de Martos. Este espacio militar y eclesial se cargaba así de poder civil y municipal, que era lo que buscaba su promotor, y que quedaría enfatizado aún más con la construcción de la Fuente de Neptuno, obra también de Francisco del Castillo, hoy desaparecida.
El elemento más llamativo del conjunto es sin duda su portada, que presenta dos semicolumnas con hiladas alternas de sillares almohadillados, dovelas resaltadas que se agrandan al penetrar en el dintel, y entablamento dórico, alternándose en sus metopas la presencia de medallones y bucráneos.

Portada principal
(foto: archivo porpio)

Se remata con un frontón partido que acoge la heráldica de los Austrias en un medallón, ubicándose en los vértices figuras alegóricas de la Justicia y la Prudencia. A ambos lados de la puerta, dos grandes cartelas con inscripciones, sobre las que se disponen sendos amorcillos con el escudo de la Villa.

Figura alegórica de la Justicia en la portada principal
(foto: archivo propio)

La fachada lateral es muy interesante por intensificar el discurso político mediante la recuperación y exhibición de restos arqueológicos romanos. Concebido como un panel para mostrar lápidas romanas, resulta un curioso intento de vincular la pasada grandeza de Tucci con el glorioso momento que vivía la ciudad en esos momentos.


Fuente:
- VVAA. "Guía artística de Jaén y su Provincia". Jaén, 2005.

Iglesias de Jaén. Iglesia de Cristo Rey de JAÉN


Fachada principal de la Iglesia de Cristo Rey y escalinata de acceso desde el Paseo de la Estación
(foto: archivo propio)



Hoy la Iglesia celebra la festividad de Cristo Rey. Fue instituida por el Papa Pío XI en 1925 para reafirmar la soberana autoridad de Cristo sobre hombres e instituciones, y en su origen se fijó el domingo anterior a la solemnidad de Todos los Santos. En 1970 se pasó al último domingo del año litúrgico, antes del adviento y la venida gloriosa del Señor (por tanto su celebración varía cada año entre los días 20 y 26 de Noviembre).

FUNDACIÓN DE LA PARROQUIA DE CRISTO REY

En Jaén existe una parroquia bajo la advocación de Cristo Rey. Su origen tiene lugar en la decisión del obispado de Jaén de crear 20 nuevas parroquias en la diócesis en 1946. La de Cristo Rey nacería de la división de las parroquias de San Ildefonso, San Bartolomé y San Pedro, con unos 8.000 habitantes y servida por un sacerdote y tres coadjutores.

 Proyecto inicial del templo de Cristo Rey, luego modificado
(foto: www.cristorey.es)


 Iglesia de Cristo Rey en una postal de "Arribas" de los años 60.
Se aprecia junto a ella el edificio del Museo Provincial

En 1949 se solicita al Ayuntamiento licencia de obras para la erección del nuevo templo, eligiéndose un solar en la zona de expansión de la ciudad, en el Paseo de la Estación, junto al Museo Provincial. El arquitecto fue Don Ramón Pajares Pardo y el edificio fue terminado en 1955. El 30 de Octubre de ese año, cuando aún se celebraba la festividad de Cristo Rey el último domingo de  este mes (antes de los Santos), tuvo lugar la misa de inauguración  y bendición de la iglesia con la presencia del Nuncio de Su Santidad,  Monseñor Hildebrando Antoniutti, el Arzobispo de Granada, Don Rafael García y García de Castro y el Obispo de Jaén, Don Félix Romero Mengíbar.

LA IGLESIA DE CRISTO REY

Se trata de un templo de grandes dimensiones, con una gran escalinata que salva el desnivel con respecto al Paseo de la Estación y que da acceso a la puerta principal, enmarcada por dos torres. Su planta es rectangular, con una única y amplia nave con capillas a los lados que se comunican entre sí por un pasillo. Posee también un amplio presbiterio, cuyo testero frontal, detrás del altar mayor, está decorado con una gran pintura mural del artista Francisco Baños, que la finalizó en 1956, y en donde aparece, a modo de composición piramidal, Cristo Rey, rodeado de Dios y el Espíritu Santo, la Virgen, santos y mártires, y miembros anónimos representantes del clero secular y regular y del Pueblo de Dios.

Interior del templo
(foto: archivo propio)


 Pintura Mural en el testero del Altar Mayor, de Francisco Baños
(foto: archivo propio)

En la Parroquia tienen su sede dos cofradías de pasión. La Hermandad del Santísimo Cristo de la Humildad y Silencio fue fundada en 1955, tiene como titular a un crucificado del siglo XVI, la talla más antigua de la Parroquia, y realiza su estación de penitencia el Martes Santo por la noche. La Cofradía de Jesús del Perdón, Cristo del Amor en su Prendimiento y María Santísima de la Esperanza fue fundada en 1952, tiene tres titulares y realiza su estación de penitencia el Miércoles Santo por la tarde.

Vidriera con la efigie de Cristo Rey en el testero de los pies del templo, sobre la puerta de entrada
(foto: archivo propio)




En los Fogones de Jaén. "ANDRAJOS" de la Sierra de Segura

Hoy el comité intergubernamental de la UNESCO reunido en Nairobi (Kenya) ha reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad al flamenco, los castellers catalanes (torres humanas), el canto de la Sibila de Mallorca (drama litúrgico y canto gregoriano) y la dieta mediterránea.
Como homenaje a esta última, que toca de lleno a la provincia de Jaén, les traigo una receta tradicional de la Sierra de Segura: los "andrajos", plato de ingredientes tradicionales y exquisito sabor, con el cual iniciamos una nueva sección sobre gastronomía jaenera, que tan rica y variada resulta, amén de un atractivo para los turistas que nos visitan.

"ANDRAJOS"

Ingredientes: 

- Un conejo / liebre.
- 1/2 kilo de patatas.
- Una cebolla.
- Un pimiento rojo seco.
- Una cabeza de ajos.
- Un tomate maduro.
- Una pizca de pimentón dulce.
- Hierbabuena, una rama fresca y algunas hojas secas.
- Laurel.
- Aceite de oliva virgen.
- Sal.


Para los andrajos, tortas finas de pasta que se echan sobre el guiso:

- 1/4 de harina.
- Mitad de cuarto de agua.
- Sal.


Elaboración:

En un perol se refríe el conejo/liebre, partido a trocitos, y cuando esté dorado se añade la cabeza de ajo entera, la cebolla picada menudita, el tomate picado, el laurel y el pimentón. Se cubre de agua y se deja cocer a fuego lento; a media cocción añadimos las patatas cortadas a rodajas y la hierbabuena fresca.
Para hacer los andrajos, se mezcla la harina con el agua y una pizca de sal y se mezcla bien hasta formar una masa dura. Se extiende con el rodillo y se hacen tortas finas.
Una vez que el conejo esté tierno se van añadiendo los andrajos uno a uno dejando que hiervan un poco para que no se peguen unos con otros y luego se van rompiendo con una cuchara. Finalmente se le echan las hojas de hierbabuena seca. Cuando se vea que el guiso está más o menos espeso, estará listo para servir.

Foto: Mª Cristina Gimeno


Buen Provecho





Personajes Ilustres de Jaén. Bernardo López García

Hoy se cumplen 140 años del fallecimiento de Bernardo López García, poeta jiennense que nació en Jaén el 11 de Noviembre de 1838 y murió en Madrid el 15 de Noviembre de 1870.


Busto de Bernardo López (1904). Plaza de los Jardinillos. Jaén
(foto: archivo propio)

Bernardo López nació en una casa situada en la Calle Maestra de la capital jiennense, en el seno de una familia dedicada al comercio. Inicia sus estudios en el Instituto de la calle Compañía de Jaén (actual edificio del Conservatorio de Música), pero en 1850 se traslada a Granada donde termina el bachiller en el Colegio de San Bartolomé y Santiago e inicia la carrera de Derecho. Acabado el primer curso, se traslada a Madrid con la intención de terminar la carrera, pero Bernardo prefería asistir a clases de Literatura e Historia y frecuentar la Biblioteca Nacional.
Publicó sus primeros trabajos en Recreo de la Juventud (1857) de Jaén y en 1859 en Madrid publica su oda "Asia" en el periódico republicano La Discusión, así como la oda "Europa y Siria" en La América (1860). Pasa sin embargo desapercibido hasta que en 1866 publicó en El Eco del País, donde era redactor, su celebérrima oda patriótica "El dos de mayo", que obtuvo tan formidable éxito, difusión y popularidad que desde entonces Bernardo López García fue conocido como "El cantor del Dos de Mayo", oscureciéndose injustamente toda su obra anterior y posterior, llegando a ser proverbial el recitado de su primera estrofa:
Oigo, patria, tu aflicción
y escucho el triste concierto
que forman, tocando a muerto,
la campana y el cañón...
Antimonárquico y de tendencias revolucionarias, participó en los sucesos de Loja (1861), lo que le valió ser apartado del Romancero de Jaén, que algunos poetas locales escribieron con motivo de la visita de Isabel II a la ciudad. En 1865 se casa con Patrocinio Padilla, joven jiennense, con la que tiene una hija, María de la Aurora. En 1867 publicó en Jaén a su costa la primera edición de sus Poesías, que apenas se vendió, siendo prologada por su amigo Juan Antonio Viedma; a ésta sucederían tres ediciones más, póstumas, de la que la más importante es la de 1880, que incorpora diez poesías más. La miseria y las privaciones arruinan su salud. En 1868 marchará a Madrid pero su activismo político en el partido republicano de Castelar y Pi y Margall le lleva a desplazarse por tierras andaluzas, particularmente por las provincias de Jaén, Córdoba y Sevilla. Fallece de tisis en Madrid el 15 de noviembre de 1870. Sus restos son trasladados a Jaén en 1899 y enterrados en el cementerio de San Eufrasio, en un mausoleo rematado por una figura femenina alegórica a la poesía, obra de Tomás Cobo.
Recientemente, el investigador Juan Jiménez Fernández ha reunido catorce poemas más, extraídos de publicaciones periódicas y antologías jiennenses y madrileñas.

Primer plano del busto de Bernardo López
(foto: archivo propio)

He querido traerles algunos fragmentos de un poema muy especial, el que Bernardo dedica a la Catedral de Jaén. Titulado así, es una verdadera “fantasía polifónica” en palabras de Jiménez Fernández. Con él, Bernardo López quiso rendir homenaje a su ciudad en lo más representativo de ella, su Catedral. El poema está concebido para debatirse en dos planos contrapuestos: la abstracción, con sus personajes la Duda, el Arte y la Fe, y la concreción, representada por la descripción propiamente dicha de la erección del templo.

          Sobre un monte a cuyo pie
          duerme una ciudad sombría, 
          juntos se vieron un día
          la Duda, el Arte y la Fe.
5        La Duda, lívida, impura,
          tal cual los ámbitos puebla,
          llevaba un manto de niebla
          por única vestidura.
          El Arte, un rayo de luz
10      sobre su cetro esplendente;
          la Fe, su antorcha en la frente
          y entre las manos la Cruz.
          -“¿Quién sois?” -La Duda gritó
          ronca mostrando sus celos;
15      -“Somos luces de los cielos”
          -el Arte le contestó:
          -“¿Y tú?” -“La estrella que lanza
          rayos de dolor profundo”.
          -“¿Quién es tu enemigo?” -“El mundo”.
20      -“¿Qué te falta?” -“La esperanza”.
          -“¿Y adónde vosotras dos
          vais en tan dulce corrida?”.
          -“Hacia esa vega florida
          a elevar un templo a Dios.
25      Desde ese plácido edén
          que forman bosques oscuros,
          por enmedio de esos muros
          en que se asienta Jaén,
          ha tiempo que alzan sus manos,
30      codiciando nuestras flores,
          caballeros y pastores,
          sacerdotes y aldeanos.
          Sobre esa fronda bravía
          que es de galanura ejemplo, 
35      quiere elevar un templo
          para la Virgen María.

Y prosigue el diálogo entre la Duda y la Fe, primero más relajado, luego con un juego de preguntas y respuestas más rápido. La Duda se va sumiendo en la impotencia ante los apoteósicos discursos de la Fe, primero, y del Arte, después. Me gustaría resaltar algunos fragmentos de éste último, ya que vislumbra el Arte y la belleza como emanación pura del Creador, como elementos de los que necesita nutrirse la humanidad para acercarse al Ser Supremo.

          (...) -“Buscando al Supremo Ser,
130    la humanidad me llamó;
          el Santo Amor me engendró
          coronándome el saber.
          La belleza fue mi ley;
          el mundo acató mi imperio;
135    en uno y otro hemisferio
          grabé mi cetro de rey.

Y acaba:

165    (...) porque Dios, al darme asiento
          en la vida y en la historia,
          me dio un rayo de su gloria
          y un suspiro de su aliento”.

Centrémonos ahora en la parte del poema en la que el autor alegoriza sobre la construcción de la Catedral, realizando una bellísima conjunción entre arquitectura y poesía:

          Y cuando solos quedaron
          la Fe y el Arte divino,
175    para cumplir su destino
          sobre el monte se abrazaron
          Entonces del genio al grito,
          como fantasma evocado,
          sobre el terreno trazado
180    se alza el pilar de granito.
          La cumbre dobla su alteza;
          sacude el hacha el obrero;
          el genio fuerte y severo
          llama a la naturaleza.
185    En gran concierto sonoro
          los artistas inmortales
          celebran los esponsales
          de la roca con el oro.
          Crece el muro colosal;
190    la nave se alza y alienta;
          fuerte la columna asienta
          su mole en el pedestal,
          y al beso de los cinceles
          que ornan el santo recinto
195    brotan flores de Corinto
          de los altos capiteles.
          Sobre base soberana
          el arco vibra y cimbrea:
          piedra a piedra va la idea
200    recibiendo forma humana.
          Y el artista alzando el vuelo
          fija la fe en su estandarte,
          con flores que coge el arte,
          teje coronas al cielo.
205    Detalles grandes y leves
          forman concierto sonoro;
          ya brotan formando coro
          flores, frisos y relieves;
          ya en las columnas más puras
210    los nobles arcos se aferran;
          ya las bóvedas se cierran
          sobre las naves seguras;
          con metro divino cantan
          cien estatuas a porfía;
215    titanes de la armonía
          los órganos se levantan,
          y el genio del arte en pos
          da a la cúpula su brillo,
          dejándola como anillo
220    de aquella esposa de Dios.
          Los años pasando van,
          y el templo su mole ostenta;
          lo que por Dios se sustenta
          los años no lo hundirán.
225    Corren y corren edades
          junto a la iglesia grandiosa;
          por su cúpula ostentosa
          resbalan las tempestades,
          y eterna y firme levanta
230    su continente sereno;
          ni la hace temblar el trueno
          ni la muerte la quebranta.
          Y es porque la alta piedad
          los frutos del bien aprueba;
235    y lo que por Dios se eleva
          tiene luz de eternidad.

“Luz de eternidad”. Bien se dio cuenta Don Bernardo del sentido, del fin último de una construcción que, como otras de este tipo en otras tantas ciudades, se concibe y nace con afán de perdurabilidad, superando a los estilos, a las modas, a las generaciones, a los tiempos...


Bibliografía:

- Jiménez Fernández, Juan. "Bernardo López García. Antología poética". Jaén, 2006.