Las pinturas de las bóvedas de la Iglesia de San Juan Evangelista de MANCHA REAL


Pinturas de las bóvedas de la Iglesia de San Juan Evangelista de Mancha Real
(foto: archivo propio)

Situación de las pinturas en las bóvedas de la cabecera del templo
(foto: archivo propio)

San Juan Evangelista en la bóveda central
(foto: archivo propio) 

Hoy se celebra la festividad de San Juan Evangelista, bajo cuya advocación se encuentra la Iglesia Parroquial más antigua de Mancha Real. La "Catedral de Sierra Mágina", de traza vandelviriana, es un imponente templo que comenzó a construirse en 1557 y se encuentra entre las más importantes edificaciones religiosas renacentistas de la región.
En 1628 se terminó de cerrar el edificio, como consta en la inscripción de la bóveda principal, de forma semiesférica: "Acabose en 1628, reinando Felipe IV, siendo Sumo Pontífice Urbano VIII, Obispo D. Baltasar Moscoso y Sandoval, Prior Martín Yáñez de Ávila, y Maestro de obras Antonio Cobos".
Precisamente en esta bóveda y en las aledañas, situadas en la zona de la cabecera, se desarrolla un interesante programa pictórico al temple que no obstante ha llegado hasta nuestros días en mal estado de conservación y parcialmente diezmado por desgracia.
Los frescos de la bóveda central del crucero, son los que mejor se conservan. Aquí se encuentran representados, de forma alternada, los cuatro Evangelistas: San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan; y los cuatro Padres de la Iglesia: San Gregorio, San Agustín, San Jerónimo y San Ambrosio. En el anillo de la semiesfera se puede leer la inscripción mencionada. En las cuatro pechinas están representados San Pedro, San Pablo, Santo Tomás de Aquino (reconocible por el hábito blanco y negro dominico, la iglesia en una mano y una pluma en la otra) y San Buenaventura (hábito franciscano, capelo cardenalicio y un libro).

Pinturas de la bóveda central
(foto: archivo propio)

En la bóveda previa a la central, sólo se conserva una pintura, que corresponde al escudo del Obispo de Jaén, fray Benito Marín. Sus armas: partido y entado en punta. I cuartel: en campo de gules, un castillo almenado, al natural, acompañado a la siniestra de un león rampante sobre un báculo pastoral, todo de oro. A los pies de la torre, dos columnas de azur. II cuartel: en campo de oro, dos lobos pasantes, de sable. Hacia la punta, un arcón al natural. Bordura de gules con ocho sotueres de oro. III cuartel: Mantel fajado, de azur y plata. El blasón tiene timbre de obispo y báculo pastoral, y un contorno típicamente barroco.
En las pechinas de esta bóveda aparecen los más famosos santos de la orden benedictina, a la que pertenecía el Obispo fray Benito Marín, a saber: Santa Gertrudis (hábito negro, corazón en las manos y báculo de abadesa, aunque nunca lo fue), Santa Escolástica (hábito benedictino, el libro de las Constituciones con una paloma sobre el mismo y báculo), San Bernardo (casulla blanca cisterciense, libro y báculo) y San Benito (hábito benedictino y báculo).
Es interesante la presencia del mencionado escudo del Obispo Marín, pues éste no toma posesión de su cargo como Obispo de Jaén hasta 1750, lo cual sitúa esta pintura en concreto a partir de esta fecha, aunque no sabemos si las demás corresponden a mediados del XVIII o son anteriores, es decir, de la segunda mitad del XVII, inmediatas a la culminación de las bóvedas. Aunque este escudo bien pudo ser añadido tiempo después de acabarse las pinturas de las bóvedas del crucero, quizás en agradecimiento por una cantidad de dinero que Marín había prometido para la finalización de las obras del edificio y que las autoridades de Mancha Real se esforzaron en cobrar a pesar de que el prelado ya había fallecido, lo cual ocurre en 1769.

Escudo del Obispo de Jaén Fray Benito Marín
(foto: archivo propio)


San Bernardo, en una de las pechinas de la bóveda
(foto: archivo propio)

En la bóveda derecha del crucero, muy deteriorada, tenemos a Santa Inés, Santa María Magdalena, Santa María Egipciaca, Santa Clara, Santa Teresa, Santa Catalina, San Ildefonso, Santo Domingo, San Francisco de Paula y otros santos desconocidos.
En la bóveda izquierda del crucero, más deteriorada aún si cabe que la anterior: San Esteban, San Sebastián, San Lorenzo, Santa Águeda y otros santos irreconocibles.
 

Bibliografía:

- Nicás Moreno, Andrés. Heráldica Eclesiástica en Mancha Real. En Revista "Sumuntán", nº 2, 1992.
- VVAA. Guía Artística de Jaén y su Provincia. Jaén, 2005.




En los fogones de Jaén. ROSCOS DE NARANJA

A todos los que seguís esta sección, os deseo que paséis una FELIZ NAVIDAD y un 2012 lleno de PAZ, AMOR, SALUD Y TRABAJO. Con esta receta vamos a endulzar un poquito más estas fiestas. Son roscos artesanos, pero muy fáciles de hacer.


Foto: María Cristina Gimeno Ramos


Ingredientes:

- Un huevo.
- El zumo de un kilo de naranjas.
- Cuatro cucharadas soperas de aceite.
- Cuatro cucharadas soperas de azúcar.
- Un sobre de levadura.
- Harina de repostería,la que admita. Aproximadamente un kilo.


Modo de Hacerlo:

Lo primero que haremos es desahumar el aceite con cáscara de naranja y dejar que se enfríe. Exprimiremos el zumo de las naranjas. Separaremos la yema de la clara y ésta la batiremos a punto de nieve y cuando esté se le añade la yema y se mezcla.
Una vez hechas estas tareas previas, pondremos en un recipiente hondo el zumo de las naranjas, las cuatro cucharadas de aceite desahumado (frío), las cuatro cucharadas de azúcar, la levadura y por último la mezcla de la clara a punto de nieve y la yema del huevo. Se bate todo bien para mezclar los ingredientes y poco a poco se la va añadiendo la harina hasta conseguir una masa que se pueda trabajar con las manos (cuidado con la harina, que no quede la masa demasiado dura, pues luego los roscos quedan muy apelmazados). Haremos bolas con un agujero en medio y las dejaremos en reposo durante tres o cuatro horas. Un truco para que la masa no se os pegue en las manos es poneros en éstas un poco de aceite.
En una sartén ponemos bastante aceite para freír los roscos. Cuando vayamos a echar los roscos en la sartén se le hace con la punta de un cuchillo una hendidura por toda la circunferencia para que salgan como dobles. Habremos preparado previamente un plato con papel de cocina para que, conforme saquemos los roscos del aceite, vayan escurriendo, y otro plato con azúcar para embadurnarlos.
Esperar a que se enfríen para comerlos y acompañarlos con un anís "Castillo de Jaén", que es de la tierra. Si queréis que os duren más tiempo tiernos, cuando se enfríen, guardarlos en una caja de cartón, aunque no creo que os duren tanto como para que se pongan duros, porque están buenísimos.

Buen provecho



En los Fogones de Jaén. MEMBRILLOS EN ALMÍBAR

Aprovechando que estamos en otoño vamos a cocinar en nuestros fogones un postre con una fruta típica de esta estación: Membrillos en almíbar.


Foto: Mª Cristina Gimeno

Ingredientes:

- Un kilo de membrillos.
- Azúcar (ocho cucharadas, aunque puede variar según se quiera más o menos dulce). Se puede utilizar sacarina para los diabéticos.
- Un limón.
- Dos palos de canela en rama.
- Un litro de agua.


Modo de hacerlo:


Se pelan los membrillos y se cortan los trozos alargados, como si fueran para patatas fritas. Para que la fruta pelada no se oxide se le echa al agua el zumo del limón. Se ponen a cocer en una perola con la canela y la monda del limón. Cuando lleven un ratito cociendo se le añade el azúcar y se va probando de dulzor y de tiernos. Cuidado que los membrillos no se pasen, para que no se conviertan  en compota.
Es una receta muy sencilla y poco conocida por los jóvenes. Intentad hacerla y veréis cómo los niños se los comen sin pensar. Se sirve en frío, nunca en caliente.


Buen provecho.




Ermitas y Santuarios de Jaén. La Ermita de la Inmaculada Concepción de MANCHA REAL


Ermita de la Inmaculada Concepción de Mancha Real
(foto: archivo propio)

UN POCO DE HISTORIA

De las muchas ermitas que tuvo Mancha Real en otros tiempos, San Sebastián, San Francisco, la Encarnación, San Marcos y la Inmaculada, hoy sólo quedan en pie las dos últimas.
En la encrucijada del camino de Jaén a Baeza con el camino Real que conducía a Granada a través del Puerto y Pegalajar, existió un humilladero llamado de la Concepción, situado extramuros de la villa. Existe la creencia, reforazada por una inscripción en la fachada de la ermita, que afirma que la misma fue construida por orden de los Reyes Católicos cuando pasaron por aquí con dirección a Granada. Pero esta teoría hay que desecharla por varios motivos. En primer lugar, es poco probable que los Reyes Católicos fundaran una ermita en mitad de la nada, pues Mancha Real aún ni existía en esa época (la villa es fundada en 1537, siendo Carlos I rey de España). Por otro lado, los Reyes Católicos hacen una parada en Úbeda en 1489, antes del inicio de la campaña de la toma de Baza (Granada), y parece lógico que tomaran la ruta del pasillo del Guadiana Menor que accede más directamente a aquella zona del nordeste granadino. En cualquier caso, la factura del edificio nos habla de una época posterior, posiblemente de mediados del siglo XVII.
En las actas del Concejo de la villa correspondientes al siglo XVI se habla de la existencia del mencionado Humilladero de la Concepción. Un humilladero es una cruz o imagen que se colocaba en los límites del término de villas y lugares o a la entrada de las mismas con objeto de que las gentes se detuvieran allí a rezar, de ahí su nombre. En el acta municipal de 17 de Enero de 1563, el concejo de Mancha Real ve la necesidad urgente de arreglar la Calle Maestra, principal de la villa, por el mal estado que presentaba especialmente en invierno, dificultando el tránsito de personas y bestias y "...la procesión al omylladero desta villa ques en la fiesta de la limpia concepción de nª Señora no puede pasar...". Es interesante el dato aportado, pues se habla ya en época temprana de una procesión el día de la Inmaculada por las calles de Mancha Real. Los humilladeros tenían con frecuencia una cubierta para proteger la cruz o imagen en cuestión, a veces una capilla. Si bien en el documento de 1563 no se habla de ermita, sí es posible que hubiera algún tipo de estructura más sencilla en donde colocar una imagen. Este argumento se refuerza por otro documento de 1597, el de los estatutos de la Cofradía de Nazarenos de Santa Elena y Nuestro Padre Jesús Nazareno, en los que se dice que la procesión tenía que hacer estación de penitencia en determinados lugares: Parroquia, ermita de San Sebastián, ermita de San Marcos, iglesia del convento de los Padres Carmelitas y Humilladero de la Concepción. Ello nos hace sospechar que en este lugar se albergaba una imagen de la Inmaculada ante la cual se hacía la estación de penitencia.
Pero para ver reflejado el término "ermita" propiamente dicho en algún documento, nos tenemos que situar a mediados del siglo XVII. En el testamento de Doña Inés de Aranda, que lleva fecha de 1652, ésta deja la cantidad de 10.000 maravedís para la construcción de la Capilla de la Virgen del Rosario que se estaba haciendo por entonces en la Parroquia de San Juan Evangelista de Mancha Real, pero con la obligación de que "se diga misa cantada perpetua a la Concepción de Nuestra Señora que se venera en su ermita". De lo que se deduce que mediada la centuria, la ermita de la Concepción ya estaba construida.
Las referencias tanto a la ermita como a la imagen se hacen más frecuentes a partir de principios del siglo XVIII. En el acta del Concejo de 1 de Marzo de 1706 se acuerda realizar procesión extraordinaria desde su santuario a la Parroquia y fiesta solemne a Nuestra Señora de la Limpia y Pura Concepción "...para que Dios Nuestro Señor de feliz viaje a Su Majestad y victoria a sus católicas armas contra sus enemigos" (se refiere a Felipe de Anjou de la casa Borbón, que reinaría como Felipe V, enfrentado por el trono español en la Guerra de Sucesión Española al Archiduque Carlos de Austria). En el acta de 13 de Enero de 1737 se acuerda realizar procesión y misas extraordinarias en rogativa por la pertinaz sequía y la mala situación del campo. En Agosto de 1758 se hace lo propio, en esta ocasión en rogativa para el exterminio de la langosta que asolaba los campos manchegos. En Julio de 1762, la Villa acordó "que el día del Señor Santiago Apóstol, Patrón de España, se traiga en procesión a la Santísima Virgen María de la Purísima Concepción de la ermita a la Iglesia Parroquial desta villa y como Patrona y Abogada se haga una fiesta con sermón".
En 1795, siendo administrador de la ermita el presbítero Luis de Ochoa, se acometen unas obras de reparación que afectan al camarín y a la casa del ermitaño. En un documento de este año se hace una curiosa relación de los bienes de la ermita: un olivar, dos hazas y algunas ovejas, donaciones de particulares devotos de la Inmaculada.
La última restauración se acomete en 1981. Unos años más tarde, en 1987, la ermita se incluye en la demarcación de la Parroquia de la Encarnación, que había sido construida en 1973 aunque no comenzó su andadura independiente de la Parroquia de San Juan Evangelista hasta 1985.


Fachada principal de la ermita
(foto: archivo propio)


Imagen de la Inmaculada Concepción
(foto: archivo propio)



LA ERMITA DE LA INMACULADA
 
El edificio es de pequeñas dimensiones, de planta rectangular, cubierta con bóveda rebajada y tejado a dos aguas, reforzando los gruesos muros contrafuertes exteriores. Está construida en sillares de piedra regularmente dispuestos en las esquinas, mientras el resto permanece encalado. El aspecto exterior se completa con una sencilla portada a los pies, de arco de medio punto en ladrillo, y una espadaña también del mismo material. La casa del ermitaño se encuentra adosada en el lateral, en el lado de la Epístola, y tras su rehabilitación hace unos años es casa parroquial donde habita el párroco de La Encarnación. 
El interior es de una sóla nave, con testero plano y pequeño coro a los pies y en alto. En el presbiterio, un amplio ventanal de arco de medio punto a modo de retablo comunica con el camarín, de planta cuadrada, cubierto con bóveda semiesférica sobre pechinas ricamente decorada con pinturas de angelotes y temática vegetal. Este camarín fue restaurado en Mayo de 1916. 
La imagen de la Señora que alberga es de talla completa, en madera policromada, de dulce rostro, con la iconografía típica de las Inmaculadas del XVII que estableciera el imaginero Alonso Cano con su famosa Inmaculada del Facistol de la Catedral de Granada, con la que ésta guarda muchas semejanzas. No obstante, la Inmaculada que hoy contemplamos es posterior a la Guerra Civil y sustituye a la anterior desaparecida.



Vista del interior. Al fondo, camarín de la Inmaculada 
(foto: archivo propio)


Imagen de la Inmaculada Concepción en su camarín
(foto: archivo propio)


Bóveda del camarín de la Inmaculada
(foto: archivo propio)

Procesión de la Inmaculada por las calles de Mancha Real
(foto: archivo propio)


La Inmaculada Concepción entrando en la ermita el día de su procesión
(foto: archivo propio)



La ermita de la Inmaculada Concepción de Mancha Real en un día de nieve
(foto: archivo propio)


Bibliografía:

- Jiménez Cobo, Martín. Mancha Real, Historia y Tradición. 1983.
- Troyano Viedma, José Manuel. Mancha Real. En Revista Sumuntán. Nº 5, 1995.