¡¡"Jaén desde mi Atalaya" cumple DOS AÑOS!!

Y van ya dos primaveras, nunca mejor dicho, de este jaenero blog que tantas satisfacciones me ha dado por el momento. "Jaén desde mi Atalaya" se ha convertido ya en una ocupación casi diaria para mí, con mucho gusto por cierto, pues en verdad me siento muy orgulloso del trabajo realizado hasta la fecha. Y ese orgullo me lo reportais vosotros, los lectores, que os preocupais cada día de conocer algo más sobre esta Bella desconocida que es nuestra tierra, Jaén. Más de 55.000 visitas en estos dos años. Me da un poco de vértigo esta cifra, que jamás pensé en alcanzar en tan poco tiempo, pues ello me transmite la responsabilidad, que acepto de muy buen grado, de seguir descubriendo Jaén a propios y foráneos, pues ese fue el objetivo inicial y el que me sigue moviendo ahora.
Las redes sociales, Facebook y Twitter, han resultado imprescindibles como herramientas de difusión de los contenidos del blog. Son ya much@s los seguidores de "Jaén desde mi Atalaya" en dichas redes y el número sigue aumentando día a día. Gracias, por tanto, a todos ellos, y como no, a la comunidad bloguera jiennense y regional, por apostar por este blog y mostrarlo al mundo. 
Y Gracias a mi entorno inmediato, familia y amigos, que me apoyaron desde un principio en este proyecto. En especial a mi madre, María Cristina Gimeno, colaboradora del blog desde hace un tiempo y que con su sabrosa sección culinaria se ha hecho un hueco más que importante entre l@s seguidores de este blog, pues las recetas que nos brinda son de las entradas más leídas según las estadísticas, lo cual me llena de orgullo. Ella está ilusionada y decidida a continuar poniendo en nuestros fogones un toque tradicional, a la vez que novedoso, y os agradece a tod@s, en especial a las mujeres, la buena acogida que le habeis dado.
Continuaremos con las mismas secciones, y con otras nuevas que tengo en mente, aumentando la lista de pueblos presentes en el blog hasta llegar a los 97. 

Gracias de nuevo. Espero que sigais estando ahí. Esto no tendría sentido sin vosotr@s.

Un abrazo, Jaén, desde mi atalaya...


La romería de Santa Lucía en CAMPILLO DE ARENAS


Santa Lucía en su ermita de Puerta de Arenas
(foto: archivo propio)

Puerta de Arenas y Autovía A-4
(foto: archivo propio)

EL LUGAR: LA PUERTA DE ARENAS

Cada Domingo de Pentecostés, los campilleros y campilleras tienen una cita romera ineludible en un singular paraje del entorno de Campillo de Arenas. La devoción por Santa Lucía es ancestral en este pueblecito de Sierra Mágina, y un tanto mítico -me atrevería a decir- el lugar donde se desarrolla la fiesta en su honor. Si se toma el camino de Granada desde Jaén, la carretera se va adentrando entre las montañas del Sur de la Provincia, siguiendo el curso del río Guadalbullón. Unos kilómetros antes de llegar a Campillo de Arenas, un enorme peñasco cae en desfiladero sobre el cauce del río y el paso se hace estrecho e intrincado. Es la llamada Puerta de Arenas, enclave ya mencionado por geógrafos y, sobre todo, viajeros, desde el siglo XVI.
Prosa pero también imagen -fundamentalmente algunos dibujos o grabados del siglo XIX- nos han dado una idea de la dificultad o el peligro que entrañaba esta angosta garganta para personas y carruajes, con el sempiterno acecho de bandoleros y asaltantes. Pero la centuria decimonónica no sólo nos ha legado la evocadora imagen romántica de este lugar. El progreso que, en ciertos sentidos, comenzó en España un tímido despertar mediado el siglo, trajo consigo una mejora de las comunicaciones que en la Puerta de Arenas se tradujo en la construcción de un túnel en 1840 -reinando Isabel II- que, casi siglo y medio después, ha cedido el testigo a otros más modernos a través de los cuales pasa hoy la autovía A-4.

HISTORIA DE LA DEVOCIÓN
LAS ERMITAS DE SANTA LUCÍA

Cuenta la tradición que un viajero ciego que viajaba en diligencia, al pasar por Puerta de Arenas y oír las alabanzas que sus compañeros de viaje hacían del lugar y no poder verlo, pidió a Dios por intercesión de Santa Lucía, abogada de los invidentes, que le devolviera la vista para admirar tan bello lugar. El viajero recuperó la vista en el acto y, en agradecimiento por el milagroso hecho, colocó un cuadro de la Santa en una hornacina practicada en la roca del desfiladero. 
Los datos de carácter histórico más antiguos que nos hablan de esta devoción se remontan a 1837, y se encuentran en la correspondencia mantenida por el entonces párroco de Campillo de Arenas, don Pedro Francisco Ruiz, con el Obispado de Jaén, para normalizar los cultos en honor de la Santa. Había un problema añadido, y es que, según dicha correspondencia, los bandoleros que se refugiaban en estas sierras en la primera mitad del XIX convirtieron el cuadro en blanco de sus trabucos, destrozándolo. Dice, por cierto, la tradición oral que los bandidos perdieron la vista por castigo divino y escarmiento.
El Obispado concedió licencia para la construcción de una ermita en honor a Santa Lucía que, gracias a los generosos donativos de los devotos campilleros, se pudo levantar entre 1855 y 1857 junto a la antigua hornacina y el túnel por el que transcurría la nueva carretera y que había sido inaugurado unos años antes. El día 13 de Enero de 1858 el Obispado concede permiso para poder celebrar misa en la ermita, por lo que a partir de entonces es costumbre celebrar la Eucaristía el 13 de cada mes caiga en el día de la semana que caiga. La primera romería se celebra en 1900, cuando se funda la Hermandad.
Después de aquella primera ermita, se han construido otras dos más en el mismo solar, una en 1973 y la que podemos contemplar actualmente, de mayores dimensiones que las anteriores, cuyas obras comenzaron en 1995, culminándose al año siguiente, e inaugurándose por el Sr. Obispo de la Diócesis de Jaén, Don Santiago García Aracil, en 14 de Marzo de 1998.
Por su parte, la imagen de Santa Lucía data de 1904, cuando es adquirida por la Hermandad una talla en madera policromada de escuela granadina de mediano tamaño para sustituir a una pequeña imagen anterior que se encontraba en muy mal estado de conservación, y que fue trasladada a la Iglesia Parroquial de Campillo. Esta imagen antigua se había colocado en 1853 en la hornacina que se había abierto en la roca y había pasado a presidir el altar mayor de la nueva ermita en 1858. La imagen actual ha sido restaurada en 2006 en el taller Legno Restauro de Úbeda. Procesiona sobre un pequeño trono en madera con apliques plateados y cuatro candelabros de metal plateado de tulipas de cristal, que data del año 1961.

Ermita de Santa Lucía de Campillo de Arenas
(foto: archivo propio)

LA ROMERÍA
 
Como se ha dicho, la romería tiene lugar el Domingo de Pentecostés, por lo que cada año varía la fecha de su celebración. Pero los actos festivos comienzan el día anterior, organizados por la Hermandad en colaboración con el Ayuntamiento de la localidad. El sábado por la mañana hay repique general de campanas y disparo de cohetes. Por la tarde, desfile por las calles de la banda de música, carretas y hermanos romeros, que ponen rumbo al Santuario. Una vez allí, tiene lugar una ofrenda floral en la Ermita, el rezo del Santo Rosario y la lectura del Pregón. Una verbena popular nocturna cierra los actos de este día.El Domingo despunta con una diana floreada por las calles de Campillo y la salida oficial de la Hermandad hacia la Ermita. A mediodía se celebra la Eucaristía. La jornada de convivencia transcurre en este bello paraje con la degustación de los buenos productos de la tierra, hasta que por la tarde llega el momento más esperado, la procesión de Santa Lucía por los alrededores de la Ermita, acompañando a la imagen cientos de personas, no sólo de Campillo, sino de toda la comarca, que se dan cita en Puerta de Arenas este día movidos por esta devoción tan extendida en Sierra Mágina.

IMÁGENES DE LA ROMERÍA 2012



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FOTOGRAFÍAS: JESÚS MOLINA GIMENO


Bibliografía:

- Fernández Hervás, Enrique. La Romería de Santa Lucía y el lugar de La Puerta de Arenas. 2001.
- Rubio Fernández, Juan. Fiestas Populares de la Provincia de Jaén. Jaén, 2003.
- VVAA. Romerías de Jaén. Jaén, 1998.


 

Iglesias de Jaén. Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Fuensanta de FUENSANTA DE MARTOS


Parroquia de Nuestra Señora de la Fuensanta de Fuensanta de Martos
(foto: archivo propio)

Se halla Fuensanta rescostada en un valle de la Sierra Sur de Jaén, junto al río y al manantial que son el origen mismo de su existencia. Justo donde mana el agua desde el interior de la tierra, los moradores del lugar construyeron una fuente, llamada "de la Negra", que sacralizaron colocando una imagen mariana de la Virgen que emerge de las aguas.
Si desde el punto de vista antropológico y de la tradición, esta surgencia de agua es el elemento más apreciado por los fuensanteños, desde la óptica artística y arquitectónica, el bien de mayor valor del municipio lo constituye la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Fuensanta, que posiblemente de forma consciente se construyó en el mismo eje de la fuente, al otro lado del río, también santo, cuyas aguas provenientes de las altas sierras de La Pandera riegan este fértil valle.
El edificio es renacentista, del siglo XVI, y viene a sustituir a una antigua ermita que se situaba junto al manantial citado y que quedó destruida por una riada. Al nuevo templo se trasladó la imagen que se veneraba en la ermita, Nuestra Señora de la Fuensanta, aunque es ésta una advocación que se extendió popularmente de manera errónea, siendo la verdadera la de Nuestra Señora de las Mercedes. Desde su erección, la Parroquia de Fuensanta dependió de la de Santa Marta de Martos hasta el día 1 de Septiembre de 1847 en que alcanzó su independencia, siendo su primer párroco Don José de Córdoba.

Nuestra Señora de la Fuensanta, o de las Mercedes, titular de la Parroquia y patrona de la Villa
(foto: archivo propio)

La obra carece de alardes estilísticos y es de reducidas proporciones. La planta es rectangular o de salón y presentaba originalmente una sola nave. En el siglo XIX se le añadió otra en el lado derecho o lado de la Epístola, con capillas hornacinas en el muro -siguiendo el ejemplo del paramento opuesto en la nave original-, y separándola de esta última con una serie de arcos formeros apuntados -siguiendo la estética neogótica de la época- que apoyan en sobrias columnas de orden toscano. Se cubre esta nave con bóveda de cañón rebajada, mientras la principal lo hace con techumbre de madera que no obstante queda oculta tras una decoración de estuco. El presbiterio se cubre con bóveda de cuarto de esfera sobre pechinas, decorada al fresco con una pintura que muestra a Dios Padre emergiendo de entre las nubes. A través del retablo mayor, obra contemporánea de escaso valor artístico, se abre un hueco de arco de medio punto que comunica con el pequeño camarín de la Virgen.
Tiene un coro en los pies, elevado sobre la puerta de entrada, y atravesado en su lado izquierdo por el volumen prismático de la torre. Destaca también en el interior una antigua pila baustismal en piedra con una taza de grandes dimensiones, quizás de la misma época que la propia iglesia.

Interior del templo parroquial. Naves principal y lateral
(foto: archivo propio)

Altar y Retablo Mayor
(foto: archivo propio)

Dios Padre. Pintura al fresco de la bóveda del Presbiterio
(foto: archivo propio)

Pila bautismal de piedra. Interior del templo parroquial.
(foto: archivo propio)

La iglesia se encuentra empotrada entre otras construcciones que la rodean, salvo su fachada principal en los pies, y unos metros de la lateral del lado del Evangelio. Exteriormente, el edificio es muy austero, realizado en buena sillería regular. Tiene dos portadas muy sencillas, una en el lateral mencionado, de arco de medio punto, y otra la principal, más grande, también de arco de medio punto sobre sencillas pilastras que ostenta en su clave una Cruz de Calatrava en relieve, recuerdo de la pertenencia de Fuensanta a esta Orden Militar. Tras una moldura que divide la totalidad de la fachada en dos cuerpos, remata el conjunto un ventanal adintelado. Esta portada aparece descentrada como consecuencia de la ampliación del templo en el XIX, apreciándose el diferente color y disposición de la piedra en el nuevo módulo, ubicándose en él un ventanal alargado y un óculo superior.
El elemento más destacado es la torre, en la esquina entre las dos portadas, que surge del propio cuerpo del templo, superándolo en altura, añadiendo un tercer cuerpo para campanario, aunque éste ya construido en ladrillo. Se abren en él cuatro vanos de arco de medio punto para albergar las campanas, cubriéndose con tejado a cuatro aguas. Sobre el tejado, una pequeña estructura de hierro sujeta otra campana y una cruz-veleta.
Durante el año 2008, la Iglesia sufrió una serie de remodelaciones, especialmente en las deterioradas cubiertas.

Fachada lateral del templo
(foto: archivo propio)

Torre campanario
(foto: archivo propio)

Fachada principal de la Iglesia
(foto: archivo propio)


Bibliografía:

- VVAA. Jaén, Pueblos y Ciudades. Jaén, 1998.
- VVAA. Guía Artística de Jaén y su Provincia. Sevilla, 2005.

    

En los Fogones de Jaén. ALBÓNDIGAS EN SALSA

El plato de hoy es un poquito más elaborado, pero no es nada difícil. Tiene una preparación previa muy importante, aunque no por ello es complicado.

Fotografía: María Cristina Gimeno Ramos 


Ingredientes para aliñar la carne:

- 1/2 kilo de carne picada (mezcla de cerdo y ternera).
- Sal.
- Perejil.
- Nuez moscada.
- Pimienta molida.
- 4 ó 5 ajos.
- Vino Blanco.
- 3 huevos.
- Pan rallado, el que admita.

Ingredientes para la salsa:

- 1/2 vaso de aceite de oliva virgen, de los pequeños.
- Una cebolla.
- Dos ajos.
- Dos o tres tomates maduros.
- Una cucharada sopera de maizena o harina.
- Unas hebras de azafrán.
- Una hoja de laurel.
- Colorante alimentario.
- Una pastilla de caldo.
- Sal. 
- Vino blanco.
- Patatas para freír (para acompañar).

Modo de hacerlo:

El paso previo es aliñar la carne, para lo cual utilizaremos un bol grande. La salaremos en primer lugar, luego añadiremos los ajos y el perejil muy picaditos. Le rallaremos la nuez moscada y la pimienta molida. Por último el vino blanco, un buen chorreón. Tapamos el bol con una parella (trapo de cocina) y dejamos macerar al menos dos o tres horas.

Batimos los huevos y mezclamos con la carne aliñada. Añadimos el pan rallado, poco a poco, con cuidado de que la mezcla quede blandita para hacer las bolas. Freímos y reservamos.

En una sartén  calentamos aceite para hacer un refrito con la cebolla, los ajos y los tomates, todo muy picadito. Cuando esté  el refrito le añadimos una hoja de laurel, pimienta en grano y medio vaso de vino blanco. Disolvemos una cucharada de maizena en un vaso de agua y le ponemos también un poco de colorante y se lo añadimos al refrito con las hebras de azafrán y la pastilla de caldo de carne. Echamos otro vaso de agua y dejamos que hierva. Rectificamos de sal.

Cuando esté la salsa vamos echando las albóndigas en la sartén y las cocemos un poco más en la salsa.

Acompañamos el plato con unas patatas fritas.


Buen provecho

    


El Camarín del Cristo del Llano de BAÑOS DE LA ENCINA



Vista del interior del Camarín. En primer término, Cristo del Llano, titular de la Ermita. 
Baños de la Encina.
(foto: archivo propio)

Fachada principal de la Ermita del Cristo del Llano. Baños de la Encina
(foto: archivo propio)

Baños de la Encina es una de las primeras sorpresas monumentales que el viajero procedente de fuera de Andalucía se encuentra al pasar Despeñaperros y entrar en la Provincia de Jaén. A 6 km. de la carretera A-4 Madrid-Cádiz, en un desvío a la derecha que hay que tomar antes de llegar a Bailén, se encuentra esta encantadora villa que fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1969. La triada patrimonial por excelencia en Baños de la Encina la conforman su magnífico Castillo de época islámica califal, la Iglesia parroquial de San Mateo, cuyo origen se remonta al siglo XV, y la que posiblemente sea la ermita de mayor riqueza patrimonial de la provincia: la Ermita del Cristo del Llano. Tanto es así que habrá que "despiezarla" en varios artículos. En éste concretamente trataremos la "joya de la corona" de este edificio: el Camarín rococó, que alberga la imagen del titular de la ermita, Santo Cristo del Llano, que es a su vez patrón de Baños de la Encina.

UN POCO DE HISTORIA
 
La ermita es una edificación barroca, de finales del siglo XVII, levantada en la zona alta de la población a instancias del canónigo natural de Baños Don Pedro García Delgado.
En 1744 se le adosa un soberbio Camarín, cuya autoría se atribuye a Francisco Javier de Pedrajas, escultor natural de Priego de Córdoba, o a su seguidor Remigio del Mármol, discípulo del anterior nacido en Alcalá la Real. Ambos pertenecen a la llamada escuela barroca de Priego.
Las yeserías del Camarín fueron restauradas por el escultor jiennense Damián Rodríguez Callejón en 1968. Su última restauración ha tenido lugar entre los años 2007-2011. El conjunto del Camarín, con la Ermita y la propia imagen del Cristo del Llano, talla anónima de la segunda mitad del siglo XX, fue declarado en 31 de Marzo de 2009 Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento con la consecuente inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico.

EL CAMARÍN
 
Tipológicamente el Camarín responde al esquema de torre en el exterior mientras que internamente adopta planta prismática. Se accede a él mediante una escalera de dos tramos que parte de la propia sacristía, situada en el lado de la Epístola o lado derecho del templo. El espacio que alberga dicha escalera se cubre con cuatro bovedillas que apoyan en un pilar central, tres de arista y una cuarta ligeramente mayor y polilobulada, en la que ya se puede apreciar la típica decoración que apreciaremos en el interior del Camarín. La puerta de acceso es la original del siglo XVIII, de tipo neomudéjar, labrada en madera con motivos geométricos y pequeños espejos incrustados.
El arranque de esta magnífica obra parte de un pequeño zócalo quebrado del que se elevan complejos estípites corintios que estructuran el primer tramo, aunque éstos han perdido toda función de soporte. Hornacinas vacías se sitúan en las esquinas de este primer cuerpo. Una cornisa de separación también quebrada da paso al arranque de las trompas sobre las cuales descansa la impresionante bóveda gallonada o polilobulada. En ella, los radios se tornan estípites que dan paso a una segunda cupulilla superior. Alberga una prismática y abundante ornamentación de yeserías policromadas a modo de mocárabes, mientras que bustos de santos y santas decoran la base mixtilinea: la Virgen María, San José, San Juan Bautista, Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz, y las figuras de las Tres Personas de la Santísima Trinidad.
Los paramentos de este espacio, al igual que la cúpula, ofrecen un rico repertorio decorativo de delirante fantasía. Se trata de un artificioso escenario de yesos dorados y policromados que adoptan multitud de formas: rocallas, grutescos, mascarones, veneras, pedestales..., todo ello junto a un imaginario de elementos del reino natural entre los que se definen motivos florales y frutales y aves de exótica rareza, amén de una maraña de ángeles músicos, querubines, putti y otras formas alegóricas; reflejado todo por los espejos incrustados en las trompas que, a modo de gemas, intensifican los efectos ópticos del abigarrado pabellón.
Esta composición de estucos recrea asimismo un interesante programa iconográfico de carácter hagiográfico, apareciendo sobre bellas peanas y sobrepuestos San Juan y San Pedro en el lado norte a espaldas del Crucificado, Santiago el Mayor como peregrino y San Bartolomé sobre la puerta y San Andrés y San Mateo frente a ella. San Pablo está colocado sobre el arco que comunica el camarín con el retablo.

El tratamiento de los yesos adquiere mayor calidad en las zonas altas, pudiéndose contemplar el dorado original así como los estofados en los ropajes y la delicadeza de las carnaciones o la propia maestría en la modelación de las figuras.

Aportan luz al conjunto un ventanal rectangular situado en el lado Norte y un par de óculos abocinados situados debajo de la cúpula en ese mismo lado, óculos que se repiten, ya ciegos, en los dos paramentos laterales. El Camarín tiene comunicación con la nave del templo a través de un gran hueco de arco de medio punto practicado en la calle central del retablo mayor. Así, esta apertura en balcón, como si de un trasparente se tratara, muestra el interior del Camarín desde la Iglesia en un excelente efecto de teatralidad e ilusionismo barrocos. 
Toda una puesta en escena, como se ha podido comprobar, cuyo objetivo era estimular la piedad de los fieles, que debían quedar sobrecogidos ante la saturación casi orgiástica de formas, colores y luces, efectos visuales que desde luego hoy en día siguen impactando a cualquiera que se acerque a contemplar esta maravilla del barroco andaluz.


Escalera de acceso al Camarín desde la sacristía
(foto: archivo propio)

Puerta en madera que da acceso al Camarín
(foto: archivo propio)

Cúpula del Camarín
(foto: archivo propio)

Hornacina en un ángulo del Camarín, flanqueada de estípites
(foto: archivo propio)

Apóstol Santiago (arriba) y San Bartolomé (abajo)
(foto: archivo propio)

Detalle de un ave exótica
(foto: archivo propio)


Vista del Camarín a través del arco de medio punto situado en el centro del retablo mayor
(foto: archivo propio)


Bibliografía:

- VVAA. Guía Artística de Jaén y su Provincia. Sevilla, 2005.
- VVAA. Jaén, Pueblos y Ciudades. Jaén, 1998.
- Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.


En los Fogones de Jaén. TORTILLA DE PATATAS

La tortilla de patatas, o tortilla española, es uno de los platos más típicos de nuestro país,  por lo tanto de nuestra región y, por ende, de nuestra provincia. Hay tantas maneras de hacerla como personas que la hacen y según quien la haga tiene un sabor u otro. Se pueden hacer, además de con patatas, aceite  y huevos (ingredientes principales), con cebolla, con ajos, con pimientos verdes, etc. Ésta que os presento está hecha con ajos y acompañada de pimientos de padrón que "unos pican y otros no".


Fotografía: María Cristina Gimeno Ramos

Ingredientes:

- Un kilo de patatas para freír.
- 1/2 litro de aceite de oliva virgen de Jaén.
- 4 ó 5 ajos.
- 6 ó 7 huevos.
- Sal.
- Pimientos de Padrón.


Modo de hacerlo:

Se pelan las patatas a láminas finas y también los ajos. Se salan y se echan en el aceite caliente. Se fríen, y con una resera se escurren y se sacan del aceite. El aceite que no esté muy caliente para que las patatas no se quemen, más bien se cuezan.

En un bol batimos los huevos y echamos las patatas y los ajos fritos.
Dejamos un poco que las patatas se empapen en el huevo.
En una sartén que no se pegue (muy importante) se echa un poco de aceite del que hemos utilizado para freír las patatas y los ajos.
Cuando esté caliente echamos la mezcla, esperamos que se haga por un lado y luego damos la vuelta ayudándonos de un plato llano (que sea del mismo tamaño del diámetro de la sartén), para que se haga por el otro lado.

Mientras tanto lavamos los pimientos de Padrón y los freímos en aceite, del que hemos utilizado antes para las patatas. Cuidado que no se quemen, pues son muy tiernos.



Buen provecho




Por los pueblos de Jaén. ARJONILLA


Escudo de Arjonilla
Localización: Oeste de la Provincia
Comarca: La Campiña
Superficie: 42,4 km2.
Población: 3.837 (2011)
Densidad: 90,5 hab./km2.
Altitud: 348 m.
Límites: al Norte con Andújar, al Noroeste con Marmolejo, al Sur, Este y Oeste con Arjona.
Gentilicio: Arjonillero/a
Distancia a la capital: 53 km.







Vista parcial de Arjonilla
(foto: archivo propio)

La primera palabra que me vino a la mente al pasear por las calles de Arjonilla fue "elegancia". Arjonilla es un pueblo elegante, y esa cualidad no se la han dado otros que sus propios habitantes. Ladrillo, piedra, cerámica y teja árabe son los elementos con los que los arjonilleros hicieron y hacen sus casas y monumentos, y el resultado, puedo asegurárselo, causa muy grata impresión. Arjonilla nació de la arcilla, que rima y todo, y esta materia ha sido su esencia misma, modelando su historia a lo largo de los siglos. Y las manos que, a su vez, han modelado esa arcilla por los tiempos, son las manos de un pueblo trabajador, educado y respetuoso.
En aquella mañana soleada y cálida de principios de Marzo, mi visita comenzaba en el Castillo del Trovador Macías, tras lo cual dirigí mis pasos hacia el primoroso palacio del Marqués de la Merced. A cada paso que daba me daba cuenta de la enorme riqueza patrimonial de esta villa, aunque el patrimonio no sólo es la piedra (y el ladrillo en este caso), y lo mejor estaba aún por venir. Siguiendo la Avenida de Andalucía, sabiamente peatonalizada, me topé con la Casa de la Cultura, donde se ubica el Museo Municipal, en la que me atendió su solícito Director, Don Juan Cardeña Jalón, al que agradezco me mostrara las instalaciones y me permitiera fotografiarlas. Pero no acaba aquí el capítulo de agradecimientos. Ya en la Plaza de la Encarnación, mientras fotografiaba la fachada de la Iglesia, me encontré con un encantador grupo de personas que hicieron de mi visita a Arjonilla algo memorable. Mil gracias a los Señores Jesús Segado, Ildefonso Navarrete y José Hernández por la desinteresada acción de conducir a un desconocido por las calles de su pueblo y mostrarle con lógico orgullo las ermitas de Jesús y la Soledad, sedes de sus respectivas cofradías de Jesús Nazareno, Vera-Cruz y Soledad. Quedé, en verdad, sorprendido por el entusiasmo con el que hablaban de Arjonilla y sus tradiciones. Y prometí volver (ya lo creo que lo haré), para descubrir otros lugares del pueblo que, por premura de tiempo, me fue imposible visitar, y por supuesto para invitar a estos caballeros a una cerveza por lo bien que se portaron conmigo. A todos los arjonilleros, y a ellos especialmente, vaya dedicado este pequeño artículo sobre su pueblo que, espero, les guste.
Gracias de nuevo.    
 
SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y ECONÓMICA

Olivar cerca de Arjonilla
(foto: archivo propio)

Arjonilla se sitúa en plena Campiña jiennense, en la margen izquierda del Arroyo Salado de Arjona, afluente del Guadalquivir, y no muy lejos de este último. Sirve de asentamiento a la población una prolongación del cerro que también alberga en una posición más elevada a la que fue su villa matriz, Arjona, hasta su independencia en el siglo XVI. Se trata de una zona de suaves lomas (la mayor altura apenas sobrepasa los 400 m.), por lo que el reducido término municipal no presenta en modo alguno una orografía compleja y se encuentra atravesado por el intermitente Arroyo Ballesteros y el mencionado Arroyo Salado que, en la parte nororiental del municipio, actúa de frontera con el de la vecina Andújar.
Casi el 91% de la superficie del término municipal lo constituye el cultivo del olivar, dejando tan sólo un 7% al cultivo de herbáceos, siendo en la mayoría de los casos pequeñas propiedades. Pero no sólo de las tareas del campo viven los habitantes de la población. En la segunda mitad del siglo XX se ha conseguido una adecuada diversificación de la economía local, que cuenta con una considerable industria de transformación de productos agrícolas, fundamentalmente aceite, aunque también de harina y productos artesanales. 

Antigua fábrica de aceite de Ntra. Sra. del Rosario. Año 1920
(foto: archivo propio)

Harinera "San Roque", en la salida de Arjonilla hacia Marmolejo
(foto: archivo propio)

Por otro lado, es de especial relevancia la industria de elaboración de ladrillo y teja, así como de cerámica artística, elementos tan característicos de la localidad como se ha dicho anteriormente.  La proximidad de Andújar, núcleo importante del eje de desarrollo de la Alta Andalucía, hace que un importante porcentaje de la población activa del municipio desarrolle su actividad en dicha ciudad.
En cuanto a la morfología urbana, desde principios del siglo XX el núcleo de Arjonilla fue creciendo primero en dirección a Arjona, para hacerlo ya a partir de los años 40 hacia el Oeste, por la carretera de Marmolejo, pues a menos de 10 km. en esta dirección se encuentra la Nacional IV y el ferrocarril, que cruza el término por el  Norte, aunque se trata tan sólo de un apeadero. Es en esta zona del pueblo donde se ha desarrollado con mayor intensidad el suelo industrial.

Azulejo de cerámica en el que se muestra la elaboración de tejas
(foto: archivo propio)

HISTORIA

El origen de Arjonilla se encuentra en el emplazamiento de "Cerro Venate", una loma situada a la derecha del camino que conduce a Andújar. La ocupación de este lugar data de la Edad del Cobre (III milenio a.C.). Aquí fueron encontrados restos cerámicos del tipo campaniforme con motivos geométricos. Otros restos de dientes de hoz de silex nos hablan de la vocación cerealística de este asentamiento. De nuevo sería ocupado en el Ibérico Antiguo, tratándose seguramente de un pequeño fortín u oppidum con la función de vigilancia sobre la vega del Guadalquivir.
La etapa romana está estrechamente ligada a la explotación de las ricas vetas de arcilla que hay junto a la localidad, habiéndose hallado diversos alfares cerámicos. El mayor yacimiento de arcilla lo constituye la "Albarrá", en la zona norte del pueblo, de la que tradicionalmente se ha venido extrayendo la arcilla para confeccionar cerámicas y tejas. La población de estas tierras debió romanizarse plenamente ya en el siglo I d.C. a juzgar por una inscripción en piedra que enmarcan unos relieves (hoy en el Obispado de Jaén) en la que aparecen los nombres de Marcus Horacio Bodomilur y Lucrecia Sergieton, que constituyen los primeros habitantes conocidos de Arjonilla, nombres, por cierto, de iberos romanizados.
La etapa visigoda resulta aún hoy imprecisa. Se han encontrado algunos restos de importancia, como los sarcófagos en piedra localizados actualmente uno en el Museo Provincial de Jaén, y el otro en la Iglesia Parroquial de la Encarnación de Arjonilla haciendo las veces de altar mayor. 

Sarcófago visigodo usado como altar mayor. Iglesia Parroquial de la Encarnación. Arjonilla
(foto: arhivo propio)

De igual forma, se desconocen pocos datos de la época islámica. El castillo medieval de Arjonilla, obra cristiana de la segunda mitad del siglo XIII, pudo tener un origen musulmán, concretamente almohade (segunda mitad del s. XII - primera mitad del s. XIII) por ciertas semejanzas con otras fortalezas de la comarca. Se utilizaría para dar cobijo a los campesinos de la zona habida cuenta de la cercanía del peligro cristiano, ya a las puertas de Andalucía para estas fechas.

El castillo calatravo de Arjonilla
(foto: archivo propio)

Fernando III conquista Arjona en 1244, tras lo cual el lugar de Arjonilla queda dentro de su término. En 1282, Sancho IV hace entrega de la población en régimen de señorío a don Gonzalo Pérez, arcediano de Úbeda, aunque de nuevo en 1331 es vendida a Arjona. Juan II, en el siglo XV, la cede a la Orden de Calatrava. La independencia final con respecto a Arjona sucede el 21 de Marzo de 1553, en tiempos de Carlos I, comenzando un largo periodo de litigios con la villa matriz especialmente relacionados con los límites municipales.
Ha tenido Arjonilla una especial relevancia en la Edad Moderna y Contemporánea por la participación de sus habitantes en distintos acontecimientos bélicos: en 1706, en la Guerra de Sucesión en el bando de Felipe V con el envío de una compañía compuesta de 40 hombres; en 1808, en la escaramuza de Amarguillos, cerca del pueblo, contra los franceses, en la que participó el joven capitán José de San Martín, célebre más tarde por su importancia en el preceso de independencia de las colonias españolas en América; los carlistas en el XIX, la guerra civil en el XX...


MONUMENTOS

Castillo del Trovador Macías

Se trata de un recinto cristiano construido en el siglo XIII tras la conquista en torno a una torre musulmana que aquí había. Su planta es un polígono irregular. De las torres originales sólo quedan dos, una circular en el ángulo nororiental y una rectangular de 17 m. de altura en el lienzo norte en la que se abrió una puerta en codo. Tiene dos habitaciones superpuestas cubiertas con bóvedas. En alguna de ellas debió estar preso el famoso trovador Macías, cuya leyenda de aventuras amorosas han inspirado a literatos de la talla de Lope de Vega ("Porfiar hasta morir", 1620) y Mariano José de Larra ("Macías", 1834). Su amor por Doña Elvira le costó la vida, pasando sus últimos días en las mazmorras de este castillo en donde cantaba su pena de amor.
En el interior del recinto se han localizado los restos de una gran torre del Homenaje, así como los de un templo, posiblemente capilla del Castillo, que corresponden a la ermita de Santa Catalina, mencionada en documentos del siglo XVI. A partir de esta fecha, el recinto se abandona y sirve como cementerio, hasta que en el XVII es derribado el muro sur para incorporar el castillo al Palacio del Marqués de la Merced que se encuentra junto a él. A principios del siglo XX pasa a propiedad municipal.

Torre del Castillo de Arjonilla
(foto: archivo propio)

Iglesia Parroquial de la Encarnación

Construida a principios del siglo XVI en un lenguaje aún de estilo gótico, es de planta basilical dividida en tres naves separadas for arcos formeros apuntados que apoyan sobre pilares cruciformes. Las bóvedas son, de terceletes la de la capilla mayor, y de crucería el resto, aunque estas últimas fueron añadidas en el siglo XVIII y camuflan el original artesonado mudéjar. En el interior destacan además la portada plateresca de acceso a la sacristía sobre la cual se halla una interesantísima pintura mural del siglo XVI que representa a San Cristóbal, atribuida al artista jiennense Gaspar Becerra o a su círculo.
La torre, de principios del XVII, es el elemento más destacado en el exterior, situada a los pies del templo y centrada sobre el eje. De corte maniersita, alberga la portada principal bajo un gran arco de medio punto. Se remata con tejado piramidal añadido en el XIX.

Fachada de la Iglesia Parroquial de La Encarnación de Arjonilla
(foto: archivo propio)

Interior de la Iglesia Parroquial
(foto: archivo propio)

Portada de la Sacristía y pintura mural de San Cristóbal
(foto: archivo propio)

Las Ermitas de Arjonilla

Llegó a tener Arjonilla hasta ocho ermitas. Hoy en día quedan en pie cuatro magníficos ejemplares. De la segunda mitad del siglo XVI son las ermitas de Nuestra Señora de la Cabeza, que antiguamente se denominaba de San Sebastián, y que muestra una sencilla fachada de ladrillo; y la de San Roque, patrón de la localidad, edificio que ha sufrido una intensa remodelación en los años 90 del siglo pasado. Destaca el triple arco en ladrillo y azulejo que la antecede.
 
Ermita de San Roque
(foto: archivo propio)

Ermita de Nuestra Señora de la Cabeza
(foto: archivo propio)

La ermita de La Soledad aparece ya nombrada en un Sínodo de 1511, aunque entonces se llamaba de Santa María de Valrico y era la parroquia de la población hasta que se construyó la Iglesia de la Encarnación. Fue remodelada en varias ocasiones, la última en 1992. Por su parte, la ermita de Jesús, construida junto a la Iglesia, es del siglo XVII y posee un camarín del XVIII con cúpula semiesférica donde se guarda la venerada imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno.

Ermita de Jesús
(foto: archivo propio)

Ermita de Nuestra Señora de la Soledad
(foto: archivo propio)
 
Otros edificios de interés

La Casa del Juzgado o "Ayuntamiento viejo" es el edificio civil más interesante de la localidad. Destaca su estrecha fachada de sillería, de 1617, en la que se aprecian dos singulares figuras que flanquean el balcón del segundo cuerpo y que son popularmente llamadas "las sotas de bastos". El escudo de los Austrias corona el conjunto.

Casa del Juzgado, también llamada "Ayuntamiento viejo"
(foto: archivo propio)

El palacio del Marqués de la Merced es un edificio del siglo XVII, con portada adintelada en piedra sobre fachada de ladrillo, y un primoroso patio rectangular en el interior de tres plantas a partir del cual se organiza la estructura de la casa. Actualmente es sede de la Escuela Taller de la localidad. 
Del siglo XVII es también el palacete sito en la Plaza de la Encarnación, de sobria fachada en ladrillo, que fuera casa natal de un arjonillero ilustre, Don Manuel García Morente, uno de los fundadores de la disciplina filosófica contemporánea en España. Cursó estudios en París y Marburgo (Alemania) y fue designado Decano de la Facultad de filosofía y Letras de la Universidad de Madrid. Tuvo ilustres discípulos y discípulas, entre estas últimas, la filósofa y escritora María Zambrano.
Arjonilla nos ofrece también un estupendo catálogo de edificaciones de estilo regionalista del siglo XX. Destacan el Antiguo Mercado -hoy Hogar del Jubilado-, las Casas Consistoriales, el Mercado de Abastos y la Casa de la Cultura. En este último edificio se localizan, además de la Biblioteca y la Escuela de Música, el Museo Municipal de Arjonilla, que incluye tres áreas: Museo Arqueológico, Museo de Artes y Costumbres Populares y la Sala-Museo del poeta Antonio de Jaén
En el subsuelo de la Plaza de la Encarnación se encuentra el Centro de Interpretación de la Guerra Civil, que ocupa el espacio de un singular refugio antiaéreo de la época.

Patio del Palacio del Marqués de la Merced
(foto: archivo propio)

Casa Natal de Manuel García Morente
(foto: archivo propio)

Antiguo Mercado, hoy Hogar del Jubilado
(foto: archivo propio)

Actual Plaza de Abastos
(foto: archivo propio)

Casa de la Cultura
(foto: archivo propio)

Vista parcial del Museo Municipal de Arjonilla. Sala de Artes y Costumbres Populares. 
Casa de la Cultura
(foto: archivo propio)

FIESTAS Y TRADICIONES

El ciclo festivo de Arjonilla es amplio y variado. Las fiestas patronales tienen lugar en torno al día 16 de Agosto, festividad de de San Roque, que los arjonilleros tomaron por patrón por librarlos de la peste, jurando guardar ayuno en el día de la fiesta. De ahí que se deguste el día 16 el tradicional potaje de habas con berenjenas.
La patrona es Nuestra Señora del Rosario, llamada también Virgen de las Batallas, que celebra su fiesta el segundo domingo de Octubre, organizada por tres familias de la localidad. Esta fiesta es conocida como "Los Cargos" por sortearse los cargos (bandera, cetro y bastón) de la Virgen. El día 15 de Agosto también tiene lugar la procesión de la imagen, y en esta ocasión tienen lugar los actos de "La Aurora", cuando los hermanos de la Cofradía son despertados a primera hora con el sonido de una tambora y unas cancioncillas tradicionales.
La Semana Santa es de gran interés en Arjonilla. Un total de cuatro cofradías y 14 pasos conforman una intensa semana de pasión, enriquecida además por el llamado "Sermón de las Siete Palabras" o "Sermón de la Madrugada", por celebrarse en las primeras horas del Viernes Santo.
También se celebra a San Antón, con el encendido de lumbres la víspera del 17 de Enero; San Blas, el 3 de Febrero, con la tradicional bendición de rosquillas; San Isisdro, patrón de los agricultores, el 15 de Mayo; y San Cristóbal, el 10 de Julio, con la singular costumbre de bendecir los automóviles de la localidad a la puerta de la Iglesia.
Otra tradición importante son las "Jornadas" en los días previos a la Nochebuena, con cánticos de villancicos por las calles y la aparición del popular personaje del "Cañarrasca", cubierto con un vestido con cañas, unas campanillas al cuello y unos cuernos en la cabeza, que finalmente se postra ante el Niño Jesús.

Imagen de San Roque en un azulejo en la fachada de su ermita
(foto: archivo propio)

Jesús Nazareno y Ntra. Sra. de la Amargura
(foto: archivo propio)

Nuestra Señora de la Soledad en el camarín de su ermita
(foto: archivo propio)


DETALLES URBANOS

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BIBLIOGRAFÍA:

- Eslava Galán, Juan. Castillos y Atalayas del Reino de Jaén. 1999.
-Rubio Fernández, Juan. Fiestas Populares de la Provincia de Jaén. 2003
- VVAA. Jaén. Pueblos y Ciudades. Jaén, 1998.


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