Montañas de Jaén. EL YELMO



El Yelmo desde el Castillo de Segura de la Sierra
(foto: archivo propio)

Coordenadas: 38º15'16'' N / 2º39'29'' O
Localización: NE de la Provincia de Jaén.
Comarca: Sierra de Segura.
Municipio: Segura de la Sierra.
Cordillera: Subbética
Sierra: Sierra de Segura.
Altitud: 1.809 m.
Acceso: en coche hasta la cumbre por pista forestal. Desde la JF-7016 (interior de la Sierra) o desde la A-317 Cortijos Nuevos-El Robledo.
Distancia al núcleo más cercano: 10,5 km. a El Robledo.


Vista desde el valle de Segura del Yelmo, a la derecha,
y la villa de Segura de la Sierra, a la izquierda.
(foto: archivo propio)

El Yelmo desde Torres de Albanchez. Segura de la Sierra aparece a la izquierda.
(foto: archivo propio)

Hablar sobre el Yelmo es evocar una de las montañas más emblemáticas no sólo de la Sierra de Segura o de la Provincia de Jaén, sino también en todo el tercio Sur de la Península Ibérica. No es su discreta altura (1.809 m. sobre el nivel del mar) el motivo de este reconocimiento, pues son muchos los picos que la superan en las Cordilleras Béticas. Su posición relativamente aislada en el norte menos montañoso del macizo de Cazorla y Segura, lo que hace destacar su enorme mole, y especialmente el elegante perfil que muestra visible desde el valle de Segura han contribuido a su merecida fama. ¿Cuántas montañas en este país pueden presumir de haber sido inmortalizadas por los versos de Francisco de Quevedo?


Hornos de Segura con el Yelmo al fondo
(foto: archivo propio)

¿CÓMO LLEGAR?

Es posible acceder hasta la misma cumbre del Yelmo en automóvil gracias a que la pista forestal que conduce a la misma se ha arreglado recientemente. No obstante, si se accede en turismo, es recomendable hacerlo en primavera, verano o comienzos del otoño para evitar heladas y nieve.
Existen dos modos de acceder. Por la A-317, abandonando ésta en Cortijos Nuevos y tomando una pequeña carretera que nos conduce a El Ojuelo y, seguidamente, a El Robledo, de donde sale la referida pista forestal. Desde El Robledo a la cumbre hay 10,5 km. de distancia.
Desde el interior de la sierra se puede llegar desde la JF-7016 tomando una pista forestal que enlaza con la anterior que sube desde El Robledo.
Tengan cuidado con el último tramo antes de llegar a la cumbre, es estrecho y sinuoso.

EL YELMO

El vértice geodésico de primer orden del Yelmo está registrado con el número 88.754 en el Instituto Geográfico Nacional. Es una montaña perteneciente a los Sistemas Béticos y dentro de éstos, a la Cordillera Subbética y a la Sierra de Segura.
Geológicamente, su cumbre constituye un impresionante pliegue sinclinal compuesto por areniscas del Albiense con el afloramiento de formaciones calizas y dolomíticas del Cretácico Superior.
Sus empinadas laderas están cubiertas de densa vegetación, que va desapareciendo conforme aumenta la altitud. Precisamente la roca madre desnuda en la cumbre, piedra caliza blanquecina, parece ser el origen de su nombre pues, visto desde algunos puntos, entre ellos la propia villa de Segura de la Sierra, asemeja a un casco o yelmo. Otros han querido ver un rostro mirando hacia arriba. No obstante, el nombre de este gigante de piedra que rasca el cielo con su nariz es probable que proceda de "yermo" (carente de vegetación), pues así aparece referido en documentos antiguos. En las Relaciones Topográficas mandadas hacer por el rey Felipe II en 1575 se dice: "...ay a media legua de la villa (Segura de la Sierra) a la parte del mediodía un çerro muy alto que se llama Yelmo o Yermo que anbos nonbres le bienen muy bien, porques yermo y despoblado (...) Ay casi mil varas en alto que pareçe que tiene a Sigura debajo. Este çerro es montuoso, no se puede andar a caballo, en lo alto del ay una fuente de muy buen agua, ay en lo alto un edefiçio de torre o casa (...) Es cosa lo deste Yelmo notable". Comprobamos que ya en el siglo XVI causaba admiración esta emblemática montaña.
La vegetación de sus laderas es, como se ha dicho, abundante destacando el pino además de la encina, coscoja, quejigo, majuelo y cornicabra. Conforme se asciende aparece la vegetación de alta montaña, como piornos y lastonares.

Pequeño arbusto espinoso denominado "piorno" o "cojín de monja" en la cumbre del Yelmo.
(foto: archivo propio)

El Yelmo posee en su cumbre importantes repetidores de radio, televisión y telefonía móvil; una caseta para refugio de alta montaña que en verano es utilizada para vigilancia de incendios por el plan Infoca; una estación meteorológica; y un monolito del Instituto Geográfico Nacional que indica el vértice geodésico de primer orden.
Por otra parte, se ha convertido desde hace ya algunos años en una de las estaciones de vuelo libre más importantes de España por las caractrerísticas que presenta su cumbre. Los amantes del parapente y el paramotor tienen aquí un importante referente, viéndose incrementada aún más la actividad desde que en Segura de la Sierra se celebra el Festival Internacional del Aire, que nació en 1999 y lleva el nombre del Yelmo, uno de los más importantes a nivel mundial en esta categoría.
La actividad deportiva no queda ahí, pues esta montaña nos ofrece paisajes, naturaleza y duros retos para los que gustan de practicar el senderismo o el cicloturismo.

Vista desde el Yelmo hacia el Norte. Segura de la Sierra y Orcera en primer término.
A la izquierda La Puerta de Segura. Al fondo, Torres de Albanchez.
(foto: archivo propio)

Vista desde el Yelmo hacia el Oeste.
En primer término El Robledo, a la derecha El Ojuelo, al fondo a la izquierda Cortijos Nuevos.
(foto: archivo propio)


Vista desde el Yelmo hacia el Sur. En el centro de la fotografía la villa de Hornos de Segura
y el pantano del Tranco. Detrás la Sierra de las Villas. Al fondo a la izquierda la Sierra de Cazorla.
(foto: archivo propio)

Vista desde el Yelmo hacia el Este: la Sierra de Segura profunda
(foto: archivo propio)

Cumbre del Yelmo coronado de antenas
(foto: archivo propio)

Parapentista sobrevolando los cielos de Segura
(foto: archivo propio)

EL YELMO EN LA LITERATURA

Pocas montañas pueden presumir de haber sido inmortalizadas por literatos de la talla de Francisco de Quevedo y Villegas. La relación del poeta y escritor barroco con la Sierra de Segura viene de la mano de algunas amistades que tenía en Segura de la Sierra o Beas de Segura (ver artículo en este mismo blog Francisco de Quevedo y la Sierra de Segura), entre ellas el noble y escritor Don Alonso Messía de Leyva o el también noble Sancho de Sandoval.
Durante sus estancias en casa de Messía, Quevedo compondrá algunos poemas inspirados en la agreste naturaleza de esta Sierra de Segura, que sorprende y sobrecoge al autor.
Al Yelmo dedicará una silva que reproducimos a continuación.


El Yelmo de Segura de la Sierra (Monte muy alto al Austro)

O sea que olvidado,
o incrédulo del caso sucedido,
o mal escarmentado,
¡Oh peñasco atrevido!,
llevas a las estrellas frente osada
de ceños y carámbanos armada;

debajo de tí truena,
que respeta tus cumbres el verano,
y allá en tus faldas suena
lluvioso y tierno caño;
y donde eres al cielo cama dura,
das a Guadalquivir cuna en Segura.

Por de más alto vuelo
te codiciara el águila gloriosa,
pues arrimado al cielo,
lo que no pudo él, osa;
sobre Olimpo nos muestras por momentos
las determinaciones de los vientos.

Escondes a la vista
el Yelmo con que Júpiter Tronante,
armado en la conquista,
si no te vio triunfante,
te vio valiente y animoso, y vemos
que hoy le arriman escalas tus extremos.

Coronado de pinos,
el cerco blanco de la luna enramas,
y en los astros divinos,
que son etéreas llamas,
te enciendes por turbar antiguas paces,
y al cielo vecindad medrosa haces.

Son parto de tus peñas
Mundo y Guadalquivir, famosos ríos,
y luego los despeñas
por altos montes fríos,
de tan soberbios y ásperos lugares,
que parece que llueves los que pares.

Baja recién nacido
Guadalquivir, y llega tan cansado,
que le ve encanecido
en su niñez el prado,
con la espuma que hace y con la nieve,
por duros cerros resbalando leve.

Ceñido en breve orilla,
llega a tomar el cetro de los ríos,
y en cercando a Sevilla,
le coronan navíos;
por ser tan noble su primera fuente,
que es de los cielos alto descendiente.

Con pasos perezosos,
al mar camina, como va a la muerte,
y en senos procelosos
por tributo se vierte;
donde yace del golfo repetado
por lo que en él Belisa se ha mirado.

O sea que olvidado
(Las tres últimas Musas castellanas:
segunda cumbre del Parnaso Español, 1626)


Enlaces:





Iglesias de Jaén. Iglesia de San José y antiguo Convento de Agustinas Recoletas de CAZORLA


Fachada de la Iglesia de San José
(foto: archivo propio)

UN POCO DE HISTORIA

A lo largo del siglo XVI la villa de Cazorla vive una época de esplendor económico que se traducirá, entre otros aspectos, en una expansión urbana hacia el Norte. Un espacio público rivalizará a partir de ahora con la vieja Plaza de Santa María como nuevo centro neurálgico de la población: la actual Plaza de la Corredera, popularmente conocida como "del Huevo". En su entorno instalarán sus conventos las órdenes religiosas mercedaria (actual Ayuntamiento) y agustina (del que sólo queda la iglesia objeto de nuestro estudio), en un contexto de efervescencia de fundaciones monacales (franciscanos, clarisas, mercedarios, jesuitas, carmelitas, agustinas y ermitaños de Montesión) que experimentará Cazorla durante los siglos XVI y XVII.
El convento de Agustinas Recoletas de San José fue fundado en la segunda mitad del siglo XVII por el Cardenal Don Pascual de Aragón, a la sazón Arzobispo de Toledo y Adelantado de Cazorla.
Situado en el lado Este de la plaza, este convento ocupaba buena parte de la manzana comprendida entre las actuales calles Mariano Foronda, del Carmen, y la propia plaza. Nada queda de aquél salvo su iglesia. Sus dependencias, entre ellas el claustro, se levantaban en el solar junto al muro meridional de la actual iglesia, que hoy ocupa un moderno hotel.
En el convento llegaron a profesar hasta treinta religiosas en su momento de mayor auge. Tras la guerra de independencia y los destrozos ocasionados por los franceses en 1810 en la iglesia mayor de Cazorla, la parroquia de Santa María pasa a la Iglesia de San José. Las leyes desamortizadoras de Mendizábal de 1836 traerían consigo la exclaustración de las monjas agustinas y la secularización del convento, que mantuvo su fachada y algunas de sus dependencias hasta bien entrado el siglo XX.

Plaza de la Corredera en el año 1911. A la izquierda de la fotografía se aprecia
la fachada del convento de las Agustinas Recoletas de San José.
(foto: Portfolio fotográfico de España) 
  
LA IGLESIA DE SAN JOSÉ

Situada en el ángulo Nordeste de la cazorleña Plaza de la Corredera, la iglesia tiene una orientación Este-Oeste. El edificio queda rodeado de viviendas en su totalidad salvo por su fachada Oeste -la principal- que da a dicha plaza.
De planta de salón, consta de una sola nave cubierta con bóveda de cañón con lunetos y vanos rectangulares en cada uno de ellos que aportan luz al interior. A los lados, capillas-hornacina (tres en cada lateral). con bóvedas de cañón se abren entre los recios pilares, los cuales sostienen un entablamento que recorre los flancos y en el que asienta la bóveda central. A ellos se adosan pilastras jónicas en el lado que da a la nave. El crucero se cubre con media naranja sobre pechinas y la capilla mayor es de testero plano. A los pies se levanta el coro, en alto, sobre un ligero arco escarzano.
El edificio responde al modelo de templo de una sola nave, capillas laterales y cúpula sobre el presbiterio propio de la arquitectura barroca de influencia viñolesca y que en España será aplicado con éxito fundamentalmente en las iglesias conventuales durante el siglo XVII.

Nave del templo
(foto: archivo propio)

En el interior destaca también la Capilla del Sagrario, en la cabecera, lado del Evangelio. De planta cuadrada, se cubre con bóveda semiesférica sobre pechinas. Todo el tercio superior de la capilla está decorado con profusa decoración pictórica de carácter vegetal entre la cual se advierten angelitos. En la base de la cúpula se hallan ocho pinturas circulares o tondos en los que se representan episodios de la vida de la Virgen. Flanqueando las dos ventanas situadas en los laterales de la capilla hay representaciones de los Evangelistas. En el frontal, un retablo neobarroco acoge la talla de la Virgen del Rosario que preside la capilla. 

Capilla del Sagrario
(foto: archivo propio)

En el exterior el edificio presenta tejado a dos aguas y presbiterio destacado, así como contrafuertes en los laterales. Lo más interesante, y visible, es su fachada principal, realizada en ladrillo y sillares de piedra en las esquinas, con un enfoscado de tipo castellano en bandas horizontales que también poseía la fachada conventual -hoy desaparecida- como nos muestran antiguas fotografías de principios del siglo XX.  
Tiene dos pequeñas torres, desproporcionadas con respecto a la enorme altura de la fachada. El campanario, de sección rectangular, se sitúa en el lado del Evangelio y posee cuatro vanos de medio punto para campanas. En el lado de la Epístola se alza una torre mirador, de sección más alargada que la anterior, con celosías en sus vanos (tres en el lado meridional, que daba al antiguo claustro, y uno en cada uno de los lados menores -caras Este y Oeste).
La portada es sencilla y de aspecto verticalizado. Se abre en arco de medio punto de ladrillo sobre impostas. Una pequeña cornisa separa este primer cuerpo del superior, más interesante, con dos relieves en piedra superpuestos. En el inferior se representa el Nacimiento de Cristo, con la Virgen y San José arrodillados junto al Niño, las cabezas del buey y la mula sobresaliendo del establo al fondo y en la parte superior un par de ángeles. El siguiente relieve queda enmarcado por pequeñas pilastras cajeadas y representa a Dios Padre con la bola del mundo en una mano y las cabezas de dos angelotes coronando la escena. El conjunto se remata con un pequeño frontón triangular sobre este último relieve, de cuyo tímpano sobresale otra cabeza de querubín. Sobre la portada se abre un gran óculo con vidriera.

Fachada principal de la Iglesia de San José de Cazorla
(foto: archivo propio)

Relieves en la portada del templo
(foto: archivo propio)
 
En las seis capillas laterales se pueden observar otros tantos lienzos de gran tamaño que son copias de obras de El Greco salidas de la mano del artista zaragozano Rafael del Real a mediados del siglo XX. Las pinturas representan la Anunciación, la Adoración de los Pastores, el Bautismo de Cristo, la Crucifixión, Pentecostés (venida del Espíritu Santo), y la Asunción de la Virgen.
La cúpula del presbiterio posee también un tema pictórico de imitación de la obra del genial artista de la segunda mitad del siglo XVI. Se trata de la Coronación de la Virgen, que aparece asunta al cielo entre la Santísima Trinidad. En las pechinas, representaciones de los cuatro Evangelistas.
La desamortización de Mendizábal en el siglo XIX y la guerra civil española fueron los episodios históricos más dañinos para el patrimonio de convento e iglesia. El retablo mayor, por ejemplo, es obra contemporánea del escultor y retablista burgalés Valeriano Martínez García.

Reproducción del Bautismo de Cristo de El Greco, obra del artista Rafael del Real,
uno de los seis lienzos que cuelgan en las capillas laterales de la iglesia de San José.
(foto: archivo propio)

Pinturas de la cúpula del presbiterio
(foto: archivo propio)

Enlace de interés:

- Parroquia de Santa María de Cazorla 

 

Castillos y Atalayas de Jaén. La Muralla Medieval de SABIOTE


Puerta de los Santos o "del Chiringote"
(foto: archivo propio)

UN POCO DE HISTORIA

Aunque se han encontrado restos de otras culturas anteriores, el origen y configuración del actual núcleo de Sabiote hay que buscarlo en la época musulmana, cuando avanzado el siglo VIII se establece un pequeño asentamiento sobre un cerro a 840 m. de altitud en el entorno de la Loma de Úbeda, muy cerca de esta otra importante población. Un lugar estratégico, sin duda, protegido por el natural escarpe del terreno hacia el Norte, que cae hacia el valle del Guadalimar, y con un control directo de los caminos que provienen de Sierra Morena y el Levante.
Los musulmanes construyeron aquí una discreta fortificación (hins), complementada con una cerca de tapial de tierra que defendería no sólo el asentamiento en sí, sino a los moradores de las alquerías (comunidades de aldea) situadas en los alrededores. Este primigenio núcleo, que aproximadamente comprendería un espacio entre el castillo, la Calle Albaicín y el Callejón Martínez, se fortificó durante la fitna (guerra civil) de finales del siglo IX.
Tras la pacificación de Al-Andalus y el triunfo del proceso de islamización emprendido por los Omeyas, Sabiote pasa a depender administrativamente de Úbeda, integrándose en su distrito (Iqlim). El núcleo, denominado en las fuentes hins Sabiyut, experimentará un crecimiento favorecido por la huida de la población musulmana de los territorios que conquistaban los cristianos en su avance hacia el Sur entre la segunda mitad del siglo XII y primer tercio del XIII. De este modo, el recinto amurallado se vio ampliado englobando un espacio comprendido entre las Calles Albaicín, Juan Salido y Minas.
La conquista cristiana se produjo entre 1227 y 1229 por las tropas de Fernando III "el Santo". En 1257, Alfonso X entrega Sabiote a la Orden de Calatrava. La huida de la población musulmana, en este caso de la propia Sabiote, provocó el despoblamiento del lugar, que volverá a contar con población civil estable ya en la centuria siguiente. Durante el siglo XIV se reconstruye y amplía el recinto amurallado en dirección Oeste y se reordena el urbanismo en su interior, con la apertura de nuevas calles y espacios públicos. La Orden de Calatrava también levanta una nueva fortaleza en el ángulo Nordeste reaprovechando la estructura defensiva islámica, que en el siglo XVI sería transformada en un palacio renacentista por orden del nuevo y flamante Señor de Sabiote, Don Francisco de los Cobos y Molina -secretario del emperador Carlos V-, que en 1537 compra la villa a la Orden de Calatrava.

Castillo-Palacio de Sabiote. Fachada principal
(foto: archivo propio)

En el siglo XIV se produce, por tanto, la última y definitiva ampliación de la muralla, cuyo perímetro queda configurado tal y como se puede apreciar en la actualidad.
A partir de la conquista de Granada en 1492, este tipo de recintos defensivos dejarán de tener uso. Durante la Edad Moderna y Contemporánea la muralla de Sabiote sufrirá la anexión de construcciones parasitarias -viviendas- que acabarán por hacer desaparecer algunos tramos. Por otra parte, las nuevas necesidades del tráfico rodado a partir de mediados del siglo XIX propiciarán el derribo de algunas puertas, como la de la Villa. En 1846 se abre la Puerta Nueva y recientemente, en 1980, la Puerta de San Miguel.
En una fecha temprana, 1949, fue incoado expediente para la declaración de la muralla urbana de Sabiote como Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento, declaración que se produjo en Junio del año 1985.

LA MURALLA


Plano de la muralla de Sabiote

La muralla de Sabiote tuvo una longitud aproximada de 1 km. y 200 m. (1.200 m.), seis puertas en origen (más otras dos abiertas con posterioridad) y quedan hoy restos de nueve torreones, aunque se sospecha que pudo llegar a tener quince. Se trata de una obra cristiana del siglo XIV, aunque su origen es musulmán, y está realizada fundamentalmente en mampostería, alternándose en zonas puntuales con el sillarejo.

LIENZO NORTE

Partiendo del Castillo en dirección Oeste podemos contemplar el lienzo Norte de la muralla, que se conserva en gran parte. Tiene una longitud de unos 220 m. y discurría entre la desaparecida Puerta de la Canal -anexa al muro Oeste del castillo- y la Puerta de los Santos o del Chiringote. La Puerta de la Canal, con un acceso en acodo desde el exterior, parece que tomó su nombre de la fuente o pilar extramuros situada un poco más abajo, de origen árabe. Desde el paseo de la Ronda de Miradores la parte externa de la muralla es perfectamente visible, apreciándose aquí el aprovechamiento del escarpe natural del terreno para redoblar la defensa. Ya es posible recorrer la parte interna de este lienzo, pues el Ayuntamiento de Sabiote acometió unas obras entre los años 2013 y 2014 que supusieron la supresión de parte de los patios traseros de varias viviendas de las calles Albaicín y Enmedio que lindaban con la muralla. Se ha abierto una nueva calle y recuperado el paso entre el castillo y la Puerta de los Santos.

La muralla Norte desde el Castillo de Sabiote. A la derecha Ronda de Miradores.
Al fondo, la Puerta de los Santos y la torre barbacana.
(foto: archivo propio)

PUERTA DE LOS SANTOS O DEL CHIRINGOTE

El conjunto está formado por la puerta con arco apuntado y una torre barbacana cuadrangular. El carácter defensivo de la torre se aprecia en su aspecto macizo, con sólo dos vanos abiertos en sus muros (los accesos desde el adarve), además de aspilleras en su parte superior. Puerta y torre presentan un característico almenado piramidal. Se restauró en el año 1960 pues amenazaba ruina.
Sobre cada una de las puertas de la muralla de Sabiote, en su lado interno, se halla una pequeña hornacina con una imagen religiosa. En este caso es la Virgen de los Desamparados quien protege el acceso. Extramuros, bajo la torre, existe también otra fuente y pilar para abrevadero del ganado, llamado del Chiringote.
Desde aquí se divisa un amplio y magnífico paisaje de olivares sobre el valle del Guadalimar, la comarca del Condado y Sierra Morena al fondo.
Desde la Puerta de los Santos, la muralla toma dirección Suroeste.

Puerta de los Santos o del Chiringote intramuros
(foto: archivo propio)

Torre barbacana desde la Ronda de Miradores. En primer término, fuente del Chiringote.
Al fondo, el Castillo.
(foto: archivo propio)

PUERTA  O ARCO NUEVO

Situada al Oeste del recinto amurallado, fue denominada así por ser la última puerta abierta en la muralla en el año 1846. Se abre en arco de medio punto, conformando en su intradós una bóveda de cañón. Existe aquí un torreón circular macizo, original, que fue horadado en un lateral para abrir esta puerta. Da acceso a la actual calle de Blas Poyatos. La imagen de la Inmaculada Concepción preside la pequeña hornacina sobre la puerta.

Lado interno del Arco Nuevo
(Foto: archivo propio)
 
Lado externo del Arco nuevo. Torreón circular
(foto: archivo propio)

MURALLA OCULTA Y POSTIGO DE SAN BARTOLOMÉ

Desde el Arco Nuevo, la muralla toma dirección Sur y discurre paralela a la actual Calle del Canónigo Utrera hasta la esquina con el Paseo de Gallego Díaz, pero con la particularidad de que permanece oculta en la trasera de las viviendas (números pares) de esta calle.
Esta circunstancia se aprecia perfectamente en el trozo de muralla que asoma, embutido entre dos viviendas, en el lugar donde se levantaba el Postigo de San Bartolomé, hoy desparecido, que daba acceso a la actual Calle del Doctor Gutiérrez Lozano. Se llamaba así por encontrarse junto a él la ermita de San Bartolomé, aunque también era conocida como Puerta de Baeza. Existe aún la hornacina que protegía esta puerta, con la imagen de la Virgen de los Dolores.
Desde este punto y hasta el Paseo de Gallego Díaz los restos de la muralla vuelven a ser visibles en la parte trasera de las viviendas que dan a la actual Calle de la Reina.

Muralla oculta entre dos viviendas donde se encontraba el Postigo de San Bartolomé
(foto: archivo propio)


TORREONES DEL PASEO DE GALLEGO DÍAZ Y PUERTA DE LA VILLA

El Paseo de Gallego Díaz es el centro neurálgico de la población. Se trata de un espacio peatonal, en uno de cuyos extremos se levantan la Iglesia de Santa María y el Convento de Carmelitas Descalzas y en el otro el edificio del Ayuntamiento.
Siguiendo nuestra ruta por la muralla, accedemos al paseo desde la Calle del Canónigo Utrera por el extremo donde se levanta la Iglesia. A lo largo del mismo encontraremos tres torreones cuadrangulares a los que se encuentran anexas las viviendas del lado izquierdo (números pares). La muralla gira aquí con dirección Sureste.
El primer torreón es el más ancho, también el más transformado. Posee hasta cuatro amplios vanos (una puerta y tres ventanas prácticamente a eje) en el lado que da al paseo, abiertos con posterioridad, ya que la torre se convirtió en vivienda y se reformó en 2007. Debemos tener en cuenta que observamos estos torreones desde la parte externa de la muralla, por lo que la presencia de cualquier abertura en el muro, a excepción de las aspilleras (hueco vertical, estrecho y alargado para disparar), debilitaría su defensa.

Primera de las torres del Paseo de Gallego Díaz, convertida en vivienda
(foto: archivo propio)

La segunda torre nos ofrece un aspecto mucho más original que la anterior. Es maciza hasta la altura del antiguo adarve, donde se halla un habitáculo que dispone de una aspillera o saetera, única abertura al exterior. También presenta restos de almenado en la cara Este.

Segundo de los torreones de Gallego Díaz, el que presenta un aspecto más original.
(foto: archivo propio)

En último lugar se encuentra la llamada Torre del Reloj. También maciza hasta el adarve en origen, posee un habitáculo o cuerpo de guardia con bóveda gótica a esa altura. En el siglo XIX fue modificada su estructura interna para alojar el reloj municipal, hoy inexistente. Queda la esfera enmarcada por moldura donde estuvo el reloj, un cuerpo de sillería -adornado con pináculos en las esquinas- añadido en la parte superior de la torre y la estructura en hierro para alojar la campana. Se abrió una puerta en la planta baja, que da al paseo, para acceder al interior.

Torre del Reloj
(foto: archivo propio)

Junto al edificio del Ayuntamiento, que ocupa el solar donde se levantaba antaño la ermita de la Reina (llamada así en honor a Isabel la Católica, que al parecer pernoctó en la villa en uno de sus viajes a Granada), se encontraba la también desaparecida Puerta de la Villa, que daba acceso a la actual Calle San Miguel, que desciende hasta la plaza donde se encuentra la Iglesia de San Pedro (Plaza de Alonso de Vandelvira). Dicha calle era el eje del Sabiote medieval, por lo que la Puerta de la Villa era la más importante de la población -mencionada incluso en el fuero de Sabiote-, conectándola con el camino real a Úbeda. Fue derribada a mediados del siglo XIX por obstaculizar la circulación.

PASAJE DE LOS TORREONES

Por el lateral derecho del Ayuntamiento, a través de la Calle Mota, llegamos al Pasaje de los Torreones. Aquí es visible un lienzo de muralla de unos 85 m. de longitud hasta la esquina con Calle Minas, junto al Parque Manuel Jurado. Este lienzo sigue la dirección Sureste y está jalonado por tres torres desmochadas que alcanzan la misma altura del adarve de la muralla, más bajas por tanto que las del Paseo Gallego Díaz. Las torres de los extremos son cuadrangulares y la central circular.
Junto a la primera de las torres, la que se sitúa enfrente del mercado de abastos de la localidad, se abrió en 1980 una puerta en la muralla llamada de San Miguel que da acceso al patio de una finca privada. Presenta, como la mayoría, arco apuntado siguiendo la estética medieval.

Torre cuadrangular junto a la Puerta de San Miguel, al comienzo del Pasaje de los Torreones
(foto: archivo propio) 

Puerta de San Miguel, en el Pasaje de los Torreones, abierta en 1980
(foto: archivo propio)

Pasaje de los Torreones desde el Parque Manuel Jurado
(foto: archivo propio)

El torreón cuadrangular en la esquina con Calle Minas marca un nuevo giro de la muralla hacia el Noreste, ya en dirección al castillo, conservándose este lienzo en gran parte a lo largo de unos 400 m. por las Calles Minas y Extramuros hasta enlazar con la esquina Sureste del castillo, aunque el último tramo entre la Puerta de Santa María y el castillo no se conserva. Dos puertas se abren en este lienzo Este de la muralla, la de Granada y la de Santa María.

PUERTA DE GRANADA

Llamada así por la dirección que tomaba el camino que partía desde ella, se la conoce con otros nombres como Puerta del "Tejar" o del "Pilarillo", por estos otros lugares a donde conducía extramuros de la población. De arco apuntado, estaba protegida por una torre maciza en su flanco Este, algo derruida en la actualidad. La hornacina encima de la puerta intramuros contiene la imagen del Sagrado Corazón de María.


Puerta de Granada. Vista extramuros
(foto: archivo propio)


Puerta de Granada. Vista intramuros
(foto: archivo propio)

PUERTA DE SANTA MARÍA

De la Puerta de Santa María, llamada popularmente "del Pelotero", sólo queda el hueco, es decir, sus jambas. Da acceso por la Calle de Enrique Jimena al entorno de la Iglesia de San Pedro, barrio del Albaicín y plaza del castillo. En esta última se encontraron hace poco los restos de la planta de un edificio religioso que probablemente dio nombre a esta puerta. En el siglo XVI fue reedificada por el arquitecto Andrés de Vandelvira.

Restos de la Puerta de Santa María
(foto: archivo propio)


Bibliografía:

- Castillo Armenteros, Juan Carlos y José Luis. La Organización militar de la Orden de Calatrava en el Alto Guadalquivir a través de las investigaciones arqueológicas. Revista Arqueología y Territorio Medieval, 2003.
- VVAA. Jaén, Pueblos y Ciudades. Jaén, 1997.