Los encierros nocturnos de reses bravas en IZNATORAF


Encierros nocturnos de Iznatoraf
(foto: archivo propio)

En torno al día 3 de Septiembre Iznatoraf celebra sus fiestas mayores en honor al patrón, el Santísimo Cristo de la Vera Cruz. Una de las tradiciones que aún se conservan en esta bella e histórica localidad de la comarca de Las Villas, y que se remonta nada menos que a la Edad Media, es la de sus encierros nocturnos.
En realidad, los encierros de reses bravas por las calles son habituales en muchas poblaciones de las comarcas de Las Villas, Segura y El Condado, situadas en el área del centro-nordeste de la provincia de Jaén. Lo que no resulta tan habitual es que estos encierros tengan lugar de madrugada, y sólo dos de esas poblaciones los celebran en tan insólita franja horaria: Sorihuela del Guadalimar e Iznatoraf.

UN POCO DE HISTORIA

Fernando III conquista la villa en 1235 y, una vez repoblada, concederá años más tarde un fuero propio a Iznatoraf. El fuero era un conjunto de leyes, ordenanzas y mandamientos, dictados por el propio rey, que regulaba todos los aspectos de la vida diaria de los habitantes de una villa o ciudad. También solían incluirse privilegios para facilitar el asentamiento de las gentes en ese lugar, especialmente si se trataba de uno cercano a la frontera con los musulmanes. El documento universal que sirvió de referencia para muchos fueros concedidos por los monarcas a lo largo de la reconquista en la zona centro-sur de la Península Ibérica fue el fuero de Cuenca, dado por Alfonso VIII de Castilla a aquella ciudad después de su conquista en 1177.
De esta forma, en la segunda mitad del siglo XIII, villas y ciudades de la actual provincia jiennense recibieron el fuero de Cuenca, con ligerísimas variantes, de manos de Fernando III: Baeza, Sabiote, Santisteban del Puerto, Segura de la Sierra o Úbeda.
El fuero de Iznatoraf contenía 885 leyes, entre las cuales siempre había algunas disposiciones que fijaban los días festivos, que eran diecisiete en el caso de Iznatoraf. En muchos de esos días se mezclaban lo lúdico y lo comercial, quedando todo perfectamente regulado. Entre las celebraciones se mencionan las corridas y encierros de reses bravas y, aunque no se especifica el momento del día, en Iznatoraf tradicionalmente vienen teniendo lugar de noche, ya en la madrugada, desde tiempo inmemorial.

LOS ENCIERROS NOCTURNOS DE IZNATORAF
 
En Iznatoraf, el escenario de los encierros lo constituye la amplia Plaza de San Fernando, llamada así en honor al rey Fernando III. A los toros, normalmente dos por cada encierro, se les da suelta desde el Arco de la Virgen del Postigo -antigua puerta de la parcialmente conservada muralla medieval- y recorren la calle homónima, subiendo por la calle Carrera para desembocar en la mencionada plaza, presidida por la imponente iglesia renacentista bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción. Todo el recorrido y la plaza del pueblo quedan perfectamente vallados para evitar incidentes.
Al rozar la media noche empiezan a escucharse los primeros chupinazos que nos anuncian el encierro. En torno a la una de la madrugada se produce el primer desencajonamiento. Decenas de personas corren delante del astado hasta llegar a la plaza donde muchos demostrarán su pericia y habilidad para "recortar" al toro, siempre con gran respeto hacia el animal, que en ningún momento es herido o dañado. El público, que se agolpa detrás de las vallas o en ventanas y balcones de las viviendas aledañas, aplaude, grita y disfruta, en fin, de este espectáculo cargado de historia.
La singularidad de esta tradición la ha convertido en uno de los grandes reclamos lúdicos en la provincia, siendo cada año mayor la afluencia de gente, lo que hace que incluso la amplia plaza del pueblo se quede pequeña.

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Imágenes del encierro nocturno (madrugada del 4 de Septiembre de 2016)
(foto: archivo propio)

Vídeo del encierro nocturno
(Diez Tv. Villacarrillo. Septiembre 2012)


   

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